Cariño, déjalo y ven conmigo
atrimonio, los cielos parecieron desatar su furia, tiñendo
ción cómo su novio, Alexander Bennett, tomaba heroicamente a Joyce Holt en su
se quedó inmóvil por su peso, con los ojos
r, pero las inminentes sombras de la inconsciencia comenzaron a nublar su v
cía no haber esperanza, una fi
es y tranquilizadores latidos del corazón de su salvador con
trante atravesó el ruido
e olor de carne quemada se
erzas para abrir los ojos, pero un sofocante velo de h
a pegajosa e inquietante. Instintivamente, el hombre que la estaba cargando dio un pa
do viento rugía en l
alor que le quemaba el ro
de sus párpados, intentó
hombre con un distintivo lunar cerca de su ojo, lo que
gó la ambulancia. La familia Harper está a bordo. Deberíamos irnos de inmediato. Su brazo requiere atención urgente, y ademá
.
tranquilo sueño en una fría
fantasmal y sombría luz. La habitación estaba envuelt
n la mejilla izquierda. El médico había advertido que, sin un cu
dico regresó para
lia?", preguntó obse
rga. Había intentado comunicarse con Alexan
r quieta. Moverte demasiado podría empeorar tus lesiones. Si
¿No es usted novia de ese incendio que llegó
e para silenciar a su colega. Inclinándose hacia ella, mur
incredulidad. "¿Qué? ¡Pero esa chica so
necesitaba cuida
za. "Hay un equipo entero arriba a
la. Sentada en el borde de la cama del hospital, sint
d, subió las escalera
mado durante una década alimentando a su hermanastra
no mientras las lágrimas brillaban en sus ojos. "Caiden, ¿es posible que
trina, tocó gentilmente su hombro para consolarla. "No, sol
ta que tú y Alexander le muestren menos cariño que a mí. Es maliciosa. É
Alexander mientras las lágrimas caían
su hija y se inclinó hacia Caiden
lla? He renunciado a mucho para mantener a Daniela contenta. Juré no tener más hijos después de casarme contigo, pero parece que nada la satisface. ¿Qué má
que cualquiera creería que era Joyce quien te
fuera, escuchando cada pal
maba, su padre y su esposo, dar toda su atenc
azón se rompi
ra llegar hasta ahí. Con el dolor abrumándola, se dio la vuel
dre, parecía haber perd
do, había entregado su corazón a o
errible t
bitación con un recipiente de comida
dén profundo, como si el
stantes la
juro que yo no empujé a Joyce. Me dijo que su regalo de bodas para mí estaba en el almacén.
sentido que sigas fingiendo. Siempre has odiado a Joyce por ser la favorita de todos, ¿pero sabotear e