Sedúceme Despacio.
ri
nueve de la noche y, como era de esperarse, Darieth aún no aparecÃa. Cuidar de ella me está agotando, pero qué má
ice cada año, como si fuera un mantra que la liberará de todo. Somos gemelos, nacidos el mismo dÃa, pero somos tan diferentes. Mientras yo heredo la calma y el cabello castaño de papá, Darieth es tod
lla muestra el rostro de Kendra Contesto, y lo primero que
eleando con una chica en
Esta niñata se las verá conmigo. -Cuelgo sin esperar
o merece ni una palabra amable. Llegando a la disco, aparco sin cuidado, tiro los seguros y entro. El ambiente es un c
de desbordarse. -¿Qué mierda te pasa, Da
de lágrimas, y antes de que pueda decir algo
nos -me dice entre sollozo
ojos buscan al culpable, a Luis y ahà está: en un
ede claro -gruño, soltándome de
e acerco. Luis intenta decir algo, pero no le doy tiempo. Mi puño conecta con su cara y l
voz de Darieth me detiene, sus m
ima advertencia a Luis.-Si te vuelves a acercar a mi he
sin darle opción de protesta, pero su sile
os ojos al verlo con otra? -
, Dorian. No sé
s, Darieth! Ese imb
os, tratando de calmarme. Desde lejos, una chica llama mi atención. Es provocativa, con ropa ajustada, tatuajes y un aire burló
z de Darieth me
oche, res
urmura recostando la cabeza en el respaldar de
, el dÃa de nuestro
amá han organizado una fiesta para celebrar. Mientras
ermosa del mundo, ¿l
. -Mi niños han crecido tan rápido... Recuerd
á, eres únic
y luego fue a sa
dividida: una parte está aquÃ, con mi familia, y la otra... Bueno, no pue
dad de la noche. Me dejo caer en la mecedora de madera, el crujido bajo mi peso rompe el silencio. Cierro los ojos por un instante, intentando apagar el
Abro los ojos y me encuentro con la mirada inqui
-pregunta sin rodeos, con esos ojos oscuros c
onfusión. -Es momento de poner fin a esto -pienso. A esta relación q
as fluyan con una frialdad que no pretendÃa, pero que resulta inevitable-
as que aún no caen, pero que ya empañan el
Ailana? ¿O es que hay otra? -su voz t
siento en este instante. ¿Por qué siempre
intiendo cómo mi tono se endurece-. Lo único que sé es que esto no f
poniéndose de pie de golpe, con
en medio del caos que acabo de desatar. Escucho sus pasos alejarse, ráp
sobre mi pecho. Éramos unos adolescentes de 16 años cuando la vida me la arrebató. Fue la única que logró llegar a lo más profundo de mÃ, la única que t