El trato con el diablo
no era la autoridad final sobre su puesto de profesora. Gracias a Dios. Considerando lo meticuloso que er
las manos sobre el bolso que tenía en el regazo mientras se enderezaba en
recen sólidos. Envió todo lo que tenía cuando regresó del viaje y no necesito recordarle que la universidad también tiene derecho a reclamar su trabajo. Por supuest
ad estaba diciendo que era lo mejor para la universidad que sus resultados no fueran desestimados. Así q
o los mendigos n
eraba: "Aprecio tu
de todo esto, en realidad te he llamado h
e Natasha s
o hablar con usted
ue estaba a punto de presionarla para que vendiera a la misma gente que Frank y que simplemente la estaba
ank, no fue un buen augurio para las cuestiones monetarias, y la forma más rápida para que
stuviera ansioso por mostrar sus logros a un donante
ejemplo de excelencia o como una encantadora de serpientes destinada a conve
. -De todos modos, como dije, hay un donante aquí que quisiera hablar con usted. Podría convertirse n
rque su voz se volvió más estridente. "Te pediría que le dedique
e su silla para ir a buscar al mencionado b
ngo actualmente con la financiación, sería bueno hablar con alguien que esté interesado en el tr
, gracias. -Colgó rápidamente y se puso de pie-. Los dejo a los dos con lo suyo. Es importante tener tiempo para
s de rodear el escritor
l borde de su asiento, sintiéndose más como un cebo que com
fue extraña y fuera de lo común en el decano. No solo nunca fue tan amable y zalamero, sino que el concepto
hombre al instante. Cerró la puerta con firmeza y se quedó allí, cont
irada, la de ese homb
io tiburón inver
coche. Desde su estrecha cintura y sus anchos hombros hasta su pelo os
nsamente. Nunca podría olvidarlos. Eran la sede de
eíblemente rico, con un valor incalculable e intereses comerciales en múltiples sectores y en la may
ientos biotecnológicos emergentes y su apoyo era
la finalmente lo miró a los ojos. -Natasha Robinson. Ha pas
ientras cruzaba la habitación para pararse frent
. -Algo así -dijo, con voz más firme de lo
-dijo, más como una afirma
a conocido a este hombre podría olvidarlo. Especi
er que, de algún modo, casi se hub