La herencia de la hija del billonario
sperando un hijo mío. Su fanatismo por la religión y sus costumbres hiciero
ba de decir. El semblante de Sara d
la obstinación de tu abuelo fue excesiva cuando me amenazó con muerte si no me
asimilar todas estas verdades que me acab
que no tenga mucho tiempo de vida. Es mi deseo pasar con los sere
n es disfrutar de estos últimos años con ustedes, pero si no l
labras son sinceras y que su arrepentimiento nace de un corazón contrito. T
lo lleva a casa para que dialogue con
Guadalupe para pedirle perdón. Ella está a punto d
n piedad! S
quiero saber nada de Nést
ando se enteró de que tú estabas e
r se fue lejos con una mujer inglesa. Por eso me morí de tris
án ortodoxo y que no permitía que su familia se mezcla
l seguidor del Corán, pero nun
había muerto en un accidente y mi abuelo te hizo creer que se habí
guarda silencio hasta que, con unas
sabía que papá había inventado la
regles las cosas con papá. -Le dice
ntar al doctor Néstor de la Torre y le mira a los ojos
os, te perdono de corazón, debes saber que siempre te he
o que me permitas vivir estos años junto a ustedes
, Sara se pone a llorar al observar el sentimiento que i
udad de México. Él les invita a las dos para que viajen con él, sin embargo, solo su hija acepta la inv
ros irradian una cálida sonrisa; al fin y al cab
mosa y acogedora colonia musulmana. Son días de alegría y felicidad, pero lamentableme
fundo abrazo a su madre. Finalmente, ambos emprenden el viaje. Doña Guadalupe le pide a
rás su humilde y sencilla vida en un colegio de España para es
bién el núcleo urbano más grande de México y su principal centro político, económico, social, a
rmosas calles y las infraestruc
tiene su imponente compañía petrolera, calificada co
nas, varios pasadizos, siete baños y más de nueve dormitorios, sin contar con la sala de juegos, la cancha de tenis y la piscina olímpica. Lo más agradable son los
fina y labios rojos como el carmesí. Es alta para ser mujer, lleva muchas joyas y anillos en las muñecas y los dedos, y un