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Ojala Fueras Tú

Capítulo 2 La farsa

Palabras:1807    |    Actualizado en: 06/01/2025

seguir ahogándome en un océano de facturas impagas y noches en vela. Gabriel Montenegro no solo era mi salvación financiera, sino tambié

me recogió frente a mi destartalado apartamento. El chofer, un hombr

Montenegro la espe

igo. Apreté el asa de mi bolso, una de las pocas cosas decentes que tenía, y me acomodé e

mbiaba de opinión? ¿Si decidía que yo no era lo suficientemente buena para este plan? Tragué saliva y apreté l

es que parecían diseñados a mano por artistas. Sentí que cada paso q

tido como siempre. Parecía tan fuera de mi alcance que

ndome de pies a cabeza con esos ojos grises

o o una simple observación

as...

más parecía un gesto automát

Tenemos much

a con muebles que probablemente costaban más que todo lo que yo había ganado en mi vida. G

as aceptado el trato, ha

nta estaba seca y mi co

ás a eventos, reuniones familiares y cualquier otra situación que lo requi

fija en él, aunque su intensidad

ten

rá de tu imagen. Necesitas pare

pero sabía que tenía razón. Yo no encajaba en su mundo, y una parte

eta. No puedes hablar de este acuerdo

una ri

a quién

o de lo necesario, como si intentara descif

ntonces, com

intiendo cómo mi es

asi

mis padres. Es la oportunidad perfec

anto con mi p

padres

con eso? -preguntó

que pudiera decir en voz alta. Así

a llegará en una h

dándome la espalda mientras salía de la habitación. Yo me quedé

-

un lienzo en blanco. Mi cabello fue lavado, cortado y peinado en una cascada de ondas suaves que enmarcaban mi rostro.

ante, con detalles que insinuaban sin revelar demasiado. Cuando me

estilista, sonrie

mundo que no era mío. Pero cuando Gabriel entró en la habitación y me v

rada de una manera que me hizo sentir

que su tono era más suave d

-

era aún más intimidante que la de Gabriel, y su familia no t

astar con un simple movimiento. Su padre apenas me dirigió la palabra, y sus hermanos, au

do la conversación inicial y la tensión con la fam

-

ellos como si yo no existiera. Gabriel estaba al final de la mesa, con una copa de vino en la mano, luciendo impecable como siempre. Cuando sus ojos en

no. Su mirada evaluadora me recorrió de pies a cabeza cuando me acerqué a mi asient

me puso los nervios de punta-. Gabriel, cariño, ¿no crees que deberíamos haberle consegu

expuesta, como si todos estuvi

si mi relación se basada en ropa estaría como mis primos -

i va a estar en nuestra familia, debería esforzarse un po

, aunque no tenía p

n hombre joven con la misma mirad

eres así

mpió Gabriel, su voz

el tipo de mujer que aguantarí

bre mayor con un aire dista

e nuestra posición requiere una imagen impecable, y esto.

a comida frente a mí seguía intacta

iel, su tono firme pero neutral-. Y nadie

ndose suavemente-. Sabemos que esto

Claro, esto no era real. Lo sabía desde el principio, pero

.. -intenté hablar,

Sebastián con una sonrisa burlona-. Todos

ntra el plato con un ruido fuer

casa, mi herencia, mis Bines, todos ustedes dependen de mi para sobrevivir, y quien no

razos, claramente molesta por la defensa d

te, volviendo su atención ha

cer. Pero también sabía que, si no hablaba, segui

rendida por la firmeza en mi voz-. Sé que no pertenezc

esperara que yo tuviera el valor de responder. Sebastián sonrió, divertido, m

me miró con algo que

ntó antes de toma

a agotada, también sabía que no iba a dejar que me pisotearan tan fácilmente. Sin embargo, una pregunta p

ión" con una sinceridad que incluso yo creí por un momento. Cada vez que sentía qu

física como emocionalmente. Gabriel me acompañó hasta la puerta de l

te bien e

aunque apenas podía

on mis pensamientos. Me desplomé en la cama, mirando al techo, y me pregunté

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