Tan cerca, tan lejos
Pero mientras los invitados disfrutan, Ernesto sigue con la vista fija en Rodrigo, in
erpretar las señales de incomodi
suavemente, mientras le
espertara de un trance. For
e en parte es cierto. Pensar es justo lo que está h
ina de aclararse. Algo relacionado con la familia, algo que quedó sin resolver hace
. Ernesto no es de los que se bloquea fácilmente, lo que hace que su actitud le resulte má
ah
entados en el jardÃn del salón de eventos. La noche es fresca, y las luces colgantes iluminan tenuemente
iviertas, lo único que quieres es desaparecer? -pregunta Mia, estir
vemente, pero asie
es me desaparezco sin avisar -d
r en estar con alguien que no tiene expectativas ni de ella ni de la situación.
que debo decir que no esperaba toparme contigo. Mucho menos con... -Hace una pausa, sonriendo-,
odrigo ha resultado ser una sorpresa, pero aún hay algo que la desconcierta. La sensación d
n por casualidad -dice Mia, sin sab
fácilmente. El destino es una de esas cosas en las que no ha creÃdo nu
-pregunta Mia, recordando que hasta ahora so
nde él, con una
iero a tu apellido -in
su apellido; de alguna manera, le trae recuerdos que preferirÃa
diferencia, aunque al instante sie
abaja rápidamente, procesando ese apellido como si f
s se entrecierran mientras lo mira-. Curi
mo si no comprendiera bien
o que sea nada raro -responde él, aunque una pequ
pellido, sino que... -Mia se calla, com
ijamente, esperan
ni sé mucho sobre ellos. Pero lo que sà sé es que se llamaba Enrique MartÃnez... y que dejó
ies se tambalea. El nombre Enrique MartÃnez le su
si probara el nombre en sus labios. No puede ser el mis
ar hasta ahora. El rostro de su padre, las historias que su madre apenas mencionaba, las desapa
mura para sà mismo
la, notando el cambio en
ocesar la información que su cerebro se niega a ac
llos parece detenerse. La gravedad del momento cae sobre a
e? -repite M
, como si cualquier intento de explicarse fuera inútil ante el hecho más evidente: ambos c
o. ¿Qué significa esto? ¿Cómo es posible que el chico que acaba de conocer, el chico
recer entre ellos acaba de toparse con una verdad devastadora: no solo comparten una atracción inesp
giran en cÃrculos, tratando de darle sentido a lo imposible. Rodrigo, que siempre habÃa evitado las emociones inten
en rompe e
hora? -pregunta, aunque no es
la misma confusión re
esta vida, podemos elegir qué hacer con esto
que parecÃa una historia de amor casual se ha convertido en
ronunciar fuera retenida por una fuerza invisible. Las luces de la boda, que hasta hace poc
mano a la frente como si quisiera despejar la niebla q