El Milagro de Navidad
edia no
ué les tocó a ellos esta tragedia,su consuelo era su pequeño,que no sabe que pasa, tan inocente ,tan hermoso,tan parecido a su papá , no sabe que su papá los dejó le apenaba pensar que solo disfruto 6 meses de su hijo y que su padre no lo podra ver crecer
su vida en una cama de hospital, aferrado a cada respiro, a cada segundo. Los rumores de lo ocurrido se expandieron como pólvora y el pesar se mezcló con la ira y la tristeza cuando se supo la verdad, si esos jóvenes hubieran advertido sobre los fu
ntentaban mantener la calma, el dolor del pueblo
ponsables de la tragedia fueron finalmente capturados
pocos y aunque aún no lo sabían, el peso de la
entes, que el castigo no sería suficiente para reparar el daño que habían causado, mientr
corazón en cada hogar, mientras el destino
les, cuidando de cada detalle para evitar cualquier riesgo de infección. Su corazón latía acelerado, y aunque había esperado este momento durante días, el miedo a lo que Manuel pudiera decirle le oprimía el pecho. Se acercó a él con el coraz
e que preguntó Manuel débilmente, haci
var aquella imagen de su pequeño hijo, tan inocente y lleno de vida. Sin embargo, el dolor comenzaba a reclamarle y sentía su cuerpo pesado y desgarrado, notaba las venda
ía por falta de amor, pues ella siempre había sido el amor de su vida, desde la primera mirada. Le pidió que fuera feliz, que continuara con su vida y le rogó que no aband
n la frente, dándole su bendición y en un susurro, le pidió que" cuida de tú mamá en mi ausencia"Con ternura, le susurró palabras que Flor escucho perfectamente"te doy permiso de querer a alguien en
n la memoria de Flor como un sell
er bombero. Sabía que Luis se sentía culpable por lo sucedido, pero quería que entendiera que nada de aquello er
lo durmieran, pues no aguantaba el tormento de las quemaduras. Mientras lo preparaban, recordó a sus padres, que habían fallecido en
"Sé feliz, mi amor, por mí y por nuestro hijo... Te amo". Sabía que probable
r,eso fue como si toda su vida se desmoronara. Su mundo entero se apagaba y lo único qu
, en lugar de esperanza, trajo cons
bía vivido en la comunidad. No hubo rincón del pueblo en el que no se llorara su pérdida, y todos se unieron en duelo para despedir a un hombre que había dado
os y miradas cabizbajas, llenas de dolor y resentimiento. Los vecinos, amigos y conocido
ue ser fuerte, aunque le pareciera imposible. Tenía