El CEO que no podia Amar
lo que acababa de suceder. Esa joya costaba más de lo que él había imaginado, y ella había logrado comprarla, incluso después
s regalos caros, la tarjeta de crédito que Aitana había usado. Todo apuntaba a algo... o a alguien. Aitana no podr
o y terciopelo lo envolvió. Era un lugar exclusivo, reservado solo para aquellos con acceso a fortunas considerables. Se acercó al
n qué puedo ayudarlo? -pr
sacó su teléfono y mostró una imagen
caba de comprarla. Quiero
con sorpresa, aunque
r información confidencial de nuestros
resencia intimidante. Era un hombre acostumbrado a obten
na tarjeta de los Alarcón. No te estoy p
lás notó el cambio inmediato en su expresión, y supo que había d
velar esa información -dijo, pero
manera a esa familia. Pero, ¿cómo? Los Alarcón eran conocidos por ser extremadamente reservados, poderosos y muy ricos. Nicolás conocía su nombre y su influencia en la sociedad, p
pero todo apuntaba en esa dirección. ¿Acaso Aitana había caído en las manos de algún Alarcón m
erturbaba más de lo que quería admitir. Por un momento, se olvidó de que él mismo había roto el matrimonio, de que había dejado a Aitana por o
rialdad, girándose y saliendo de l
o de conexión tenía Aitana con los Alarcón. Había algo más grande en juego aquí, algo que no podía ignorar. Sabía que los
directo a su orgullo. ¿Acaso ella había encontrado una forma de vengarse de él, de demostrarle que
a que llegar al fondo de esto. Y cuando lo hiciera, estaría prep
lidad le resultaba difícil de aceptar, todo parecía encajar. Los regalos lujosos, los vehículos elegantes y ahora la tarjeta
Aitana había planeado todo esto desde el principio? ¿Se había acercado a los Alarcón como parte de una v
nos de la familia Alarcón eran mayores, hombres de negocios que rondaban los cincuenta o más. No había ningún heredero joven que pudiera
rde del estacionamiento, con el teléfono en la mano, y comenzó a marcar un número que no había usado en años. Su antiguo contacto en
veces antes de que una voz
sado un tiempo.
con quién están relacionados, sus movimientos recientes. Necesito todo lo que puedas encon
la línea, seguid
e es fácil seguir, ya lo sabes. Pero si es impor
nsígueme lo que puedas -replicó N
tenga algo -dijo la
y exhaló lentamente. No había marcha atrás ahora. Querí
a sido un enigma para él, incluso cuando estaban casados. Era dulce y dedicada, sí, pero también había una fortaleza
amilia no se andaba con juegos. Eran intocables, poderosos, capaces de arruinar la vida de cualqu
de brazos cruzados. No era solo una cuestión de orgullo herido; había algo más profundo que lo empujaba a actuar. Quizás era el deseo de demostrarle que
que nunca. Entró en la gran sala de estar, pero no encendió ninguna luz. Se dirigió directam
on otras cosas, otros lujos, otros rostros, nada había logrado disipar esa sensación de vacío. El éxito y el poder que
gando con fuego al intentar desenterrar información sobre los Alarcón, pero no podía detenerse.
mansión, una resolución oscura se apoderó de él. No permitiría que Aita