Lazos del Lobo
oche lo hacía. La inquietud que Fenrir había sembrado en él no le permitía regresar a casa. Cada paso
Las luces eran más tenues, el ambiente más humilde que el resto del edificio. Aquí, no había rastros
to, Alexander se permitió observarla en silencio. Había algo en sus movimientos, en su concentración, que
e? -preguntó Alexander finalm
ndose hacia él con los oj
fe... ¿qué
eramente, intentando par
r contigo, si no está
ecidir si su presencia era una especie de prueba.
tomarme un moment
palda contra la pared
ás sobre ti. Siento que apen
a ceja, clarame
saber sobre mí? Soy
sonrió l
no sea
cruzando los brazos e
é se r
ó sus palabras con cuidado, intentando no asustarla. Fenrir lo urgía
jamente, intenta
sponde a m
ó. Sabía que no
notar a las personas que son espec
e, un sonido que no
una mujer común y corriente. Limpio oficinas,
paso hacia ella,
lmente c
miró, co
cosa podr
, que había una parte de ella que ni siquiera sabía que existía.
mas lo que los demás ven. Y a veces, ne
r un momento, su mirada caute
ierto, nadie me lo
eraba. Había algo profundamente triste en la forma en que
mbiar eso -dijo Alexan
ada, como si no sup
o que sea amable, pero no
e tenía que elegir
del que tú misma te permites ver. Porque algo e
s de una mezcla de confusión y algo que
ra de cómo res
sonrió l
acerlo ahora. So
limpieza acercándose por el pasillo interrumpió el momento. E
volver a
ndiendo que no podía pr
o. Buenas no
sintió la presencia d
to es solo el principio. Tendrá
. Pero ya siento que esto será
gruñido bajo, ca
Ella es nuestra, pero tendrás que d
y caminaba hacia su auto. Fenrir tenía razón. Esto no s
Alexander no pudo evitar preguntarse qué más descubriría sobre Elena.
que ganárselo. Y esa, pensó, se