El Abogado del Diablo
exótica. Sin embargo, la mayoría de los seres humanos son tan impredecibles, que nunca llegan a conocerse ni a sí mi
, sobresalía como uno de los abogados jóvenes en ascenso dentro de todo New York. Aunque carecía de renombre, poco a poco
cuestión de instantes. Aquello no fue para nada de su agrado, menos aún
caso de apariencia imposible. Sin pensarlo dos veces decidió tomarlo, antes de siquiera
a que años atrás rompió el corazón. Observando una vez más el rostro que había tratado de olvidar y dur
que si lo hacía traería consigo los demonios que sepultó junto a sus sentimientos, porque eso significaría padecer nuevamente
labios del contrario como veneno que quemaba al hablar, c
ngiendo indifere
elo pero... No creo que estés
tro motivo
solicitud por escrito? O quizás
sé tal i
rme contratar a un aboga
a persona que está a punto de ir a la cárcel, y cier
hombros –, creí que venías
de tanto tiempo. Te pido que hagamos
ue renun
algo que apliqu
o recuerdo todo
ado, uno que ya no existe y se
o creo que puedas olvidarme fácilmente,
suficiencia –. Y justo ahora soy el que tomó tu caso, puedo salvarte o hundirte en
caminó hasta el gran ventanal de cristal para mirar desde las alturas
de una de las empresas regentes del comercio en la ciudad, la prensa no dejaba de seguirlo en busca de un buen reportaje.
ando al que aún permanece de espaldas –. Dejé de verte
te profesional. Por lo tanto, abogado, no es su deber cuestionar mis decisiones per
La única razón por la que estoy tomando este caso a pesar de todo, es porque representa par
bueno a esto –confesó con malicia para girarse
Cu
specto a mis crímenes, con todo lo respecto a este mundo. S
o algo que deb
o sé, por eso quiero descubrir qué tanto so
stimes. Antes de algún día infravalorarme recuerda que un sabio dijo una vez
trataba de una pelea silenciosa donde el rencor de Idan
algo así sucedía no sería en buenos términos y, definitivamente no sería recibido con un abrazo y gratos rec
laban tanto odio? Quería preguntarle pero no r
dolor le pareció un juego sucio del destino. A pesar de eso no pudo evitar contemplarlo y que una parte de él se sintiera orgullosa de la persona
niño sobresalió en cada aspecto, con un intelecto digno de envidia y una belleza desbordante que, con el paso de los años no h
e me atrevo a decir que todo lo demás sí –deslizó su pulgar por la mejilla de Cielle, que se encontraba petrificado por tal repentino e inesperado comportamiento –. Este
e sostenía su rostro y lo empujó para alejarlo unos pasos –. Me debes r
ría enseñarme? –preguntó c
a tomar una larga inspiración de ai
mó su portafolio de la silla frente al escritorio. Sin decir una palabra más salió da
onrisa en los labios del criminal desapareció
oficina, salió un hombre alto y pálido, u
rvando al joven empresario, que segundos a
rio, una navaja corta de plata con una inscripción en la hoja –. Necesito a D' La Fon
desp
izado el caso sabrá demasiado sobre mí, sobre la organ
e una última p
ela
que su abogado
o quiero retribuirle de la misma manera, mostrarle un poco de lo que creó hace siete años atrás –deslizó el dedo por la hoj