a. Lo primero que sintió fue una superficie suave y cómoda bajo su cuerpo; a
ombre alto y atractivo se perfilaba frente a ella, o
s palabras de Brenda, su suegra, volvieron a inundar su mente, reviviendo la rabia y la humillación. Sintió que el fuego de la ira se en
or qué ella no podía hacer lo mismo? Quizás no devolvería el tiempo ni sanaría su dolor, pero al
r nada, lo besó. En ese instante, esperaba que él se apartara, que la alejara. Pero, para su sorpresa, él respondió al beso, envolviéndola en sus brazos con una intensidad
labios se movían con urgencia, pero también con un cuidado que la desconcertaba. Todo su cuerpo reacci
a uno de sus movimientos, dejándole la libertad de detenerse en cualquier momento. En los brazos de un completo extraño,
.
na vida que ahora parecía pertenecer a otra persona. Inspiró profundamente, preparándose para el enfrentamiento que sabía que tendría con Brenda. Desde
n, sentada con la misma postura altiva de siempre. Al
quí? -pregunt
l documento de divorcio y se lo exten
s el acta de divorcio. Sol
transformó en una sonrisa de triunfo. Observó el documento y,
aberte dado cuenta antes -dijo Brenda, con una sonrisa cruel-. Lucas merece
efenderse ni a entrar en una discusión. Ya había tomado su decisión. Si
ció, con un tono de calma que la
aleras, Brenda se interpuso en su camino, bl
nda con una risa amarga-. Todo lo que tienes es gracias
interés en llevarse nada material de ese lugar; lo único que necesitaba era cerrar ese
da de aquí -dijo, y se dio
rtenecía realmente. Lo único que llevaba con ella era el anillo que su madre le había regalado, un símbolo de to
n, sintió que finalmente estaba dan