El CEO que no creia en el amor
ilia desde el día en que la vio con aquella joya costosa, y no había dejado de investigar. Ahora, con el informe en sus manos, sus sospechas crecían. No había un heredero j
es más influyentes estaban invitados, y Nicolás, con su posición privilegiada, no podía faltar. Decidió asistir con un único propósito: descubri
s jardines, decorados con luces y flores exóticas, daban la bienvenida a la élite de la sociedad. Música suave resonaba desde el interior
la deslumbrante vista de la decoración exquisita: candelabros de cristal, mesas con finos manteles de seda, y arreglos flor
Y lo que presenció
peinado hacia atrás y un traje hecho a medida. El hombre la sostenía con una delicadeza que sorprendió a Nico
ella, seguramente el patriarca de los Alarcón. ¿Qué era lo que pretendía? ¿Ascender en la escala social? ¿Asegur
a ellos con pasos firmes. Aitana estaba radiante esa noche, con un vestido de un azul profundo que resaltaba sus delic
ados. Aprovechando la oportunidad, Nicolás se acercó a Aitana, tomándola suavemente del brazo pa
itana, tratando de mantener la calma en medio d
ialdad, su voz baja pe
e verdad has caído tan bajo? -susurró co
r a qué se refería. Trató de soltar su
blas -respondió ella, intent
. Pensé que tenías más dignidad, pero parece que estabas dispuesta a venderte por una vida de lujos. ¿
a en las venas. ¿De qué estaba hablando? ¿
on voz temblorosa, pero firme-. No tiene
risa sarcástica,
e nadie se diera cuenta? Ya sé cómo te mueves ahora, Aitana. ¿Este es tu gran plan pa
s, pero se negó a mostrarse débil ante él. No podía creer lo que estaba oyendo.
enes derecho a juzgarme -respondió ella
se colocó al lado de Aitana. Nicolás miró al hombre con desprecio, pero el patriar
e a algunos viejos amigos -dijo el hombr
tima mirada a Nicolás, una mezcla
rdad, Nicolás. Pero para en
n su lugar, observando cómo se alejaban, sintiéndose confundido y lleno de una rabia impotente. Había ven
padre. La verdad estaba mucho más allá de lo que él podía imaginar, y pronto se daría cuenta de que había cometido