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Viudo arrogante busca niñera

Capítulo 5 Nadie me había enfurecido como el

Palabras:1275    |    Actualizado en: 02/10/2024

de corazón

a y salgo con él por la puerta, no sin antes

no puedo evitar que mis ojos recorran su figura. Me doy cuenta de que se mantiene en forma por la forma en que relle

ngas para hacerme venir aquí,

bienestar de tu hija es suficientemente i

El Sr. Reynolds frunce el ceño.

evara , ¿cómo demonios se las había arreglado para levantar haciendas y ganar mill

i le resulta demasiado difícil recordarlo,

or qué me has traído aquí

or mi nombre y no Salas o como sea q

a le hubieran hablado así. Bueno, se lo

el tiempo del mundo para intercambiar palabras c

poner los o

e Carla pueda tener autismo. Que es, de hecho,

e reflexionar. ̶ ¿Estás diagnosticando autismo a

par en par, y yo se a

do para ello. Simplemente estoy planteando la posibilidad, ya que ella

tá asumiendo

cuando el Sr. Reynolds , una vez más, tom

stoy pensando que bien podría ser un

color avellana que consiguen que me tiemble el pulso con algo que no

iente. Cuando respondo esta vez,

da con un autista. Conozco las señales y e

olds sacude

tente para hacer su trabajo, sino que se

erior al decirme que soy u

mbre muy ocupado, y le tomo la palabra porque parece que Carla ha estado desatendida y no ha recibido los cuidados adecuados.

termino, me doy cuenta de que me he metido ligeramente en su espacio person

que son los ojos color avellana del señor Reynolds . Hay motas de v

cómo el señor Reynolds digiere mis palabras con lo que sólo podría describirse como

enta de que me he pasado de la raya. Me arrepiento al instante de lo que he dicho. Soy consciente de que no deberí

e disculparme porque el señor Reynolds ya se dirige a grandes zancadas hacia el despacho d

después, como si estuviera considerando seriamente correr tras

o? Nunca le había

abeza para

contarle la posibilidad de que Carla tuvie

I

. Yo no quería, pero el hombre se lo había buscado. Nadie me había enfurecido como él. Nadie me había dicho que no era buena en mi tr

ocimientos y relacionarme bien con los niños. Me han concedido v

a afectar mucho a mi forma de relacionarme con Carla . Si resulta que el señor Reynolds me odia de verda

onsciente de que habrá consecuencias por la forma en que

e los mejores. Me han premiado como mejor profesor dos veces en los tres años que he conseguido enseñar en

imer timbrazo, como si hubiera estado sentada mirando fijamente el teléfono, d

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