En Las Garras Del Jefe
la traición bailan en una danza mortal, donde solo los
┈┈┈┈┈┈┈┈┈┈
ia Ma
no me muevo. El techo de mi habitación parece burlarse de mÃ, una constante en una vida que, irónicamente, cambia cada dÃa. No tengo tiempo para q
o aquÃ, en mi "hogar". Camino hacia el baño, ignorando el espejo, como suelo hacer cada mañana. No quiero ver
Ãa acaba de empezar, y ya estoy agotada. Pero esto es lo que he elegido, ¿no? Nadie me obliga a estudiar criminologÃa y espionaje, nadie me obliga a despe
maquillaje preciso, la ropa elegante pero funcional, el cabello blanco como la nieve, cuidadosamente
hombres grandes y serios que siguen cada uno de mis movimientos. Uno de ellos, Marco, me da un breve asentimiento. El otro, Stefano, no me presta muc
, -dice Marco, su voz ronca y m
sin emoción, caminando h
, la única persona que logra romper el hielo que me envuelve dÃa tras dÃa. Me giro ligeramente para encontrarme
suave. Su abrazo es cálido, sincero, una ra
puedo evitar sonreÃr-. ¿Ot
e de hombros,
Además, sabÃa que estarÃas de mal
ue no puedo evitar sentirme agradecida por su prese
el resto de la casa. Los electrodomésticos brillan bajo la luz matutina, pero todo parece demasiado perfecto, dem
la energÃa de alguien que no tiene preocupaciones. Yo, en cambio, me siento en silencio, observando mi
iendo el silencio con su voz suave,
ien. No he estado bien en mucho tiempo, pero eso no
ente, esbozando una sonri
finalmente asiente y deja el tema. Agradezco su discreción. Algunas cosas es me
Hoy será un buen
imista. Pero yo no puedo permitirme ese lujo. Mi vida está demasiado envue
presentimientos? -respon
a sonrisa traviesa que nunca parece desvanece
n, en los secretos que flotan en el aire como una niebla pesada. Todos en mi familia caminan con un peso invisible sobre los hombros, pe
a universidad es corto, aunque cada minuto se siente interminable. Elisa habla sin parar, como suele hacerlo. Sus historia
ayer? Creo que le gusto, -dice, con una risa ligera, como
seguirme a donde vaya. Porque sé que algo se avecina. No sé cuándo ni cómo, pero lo siento en ca
ña de pensamientos oscuros. Elisa sigue hablando, pero yo apenas la escucho. Mis ojos recorren los pasillos, siempre
Alessia Mancini, la chica rica y rebelde que siempre parece salirse con la suya. Pero lo que no saben es q
que está por venir. No puedo evitar la sensación de que estoy caminando sobre una cuerda floja, que en cualqu
Todo el mundo estará allÃ. Será la oportunidad perfecta para desconectar un po
mÃa, y eso significa que, aunque no lo admitamos, estamos envueltos en lo mismo. Pero a diferencia
y fan de esas fiestas, -respondo, in
rada que mezcla dece
que necesitas relajarte un poco. Además, ¿qué podr
no querer ir a fiestas. Pero sé que no lo entenderÃa, y no quiero arrastrarla a la
, aunque ni siqui
igue hablando de la última mo