La Diosa Luna y su Compañero.
bibli
ados en la habitación llena de libros. El recuerdo de las palabras de su madre prohibiéndole que se casara con un mo
experiencia relacionada con ellos. Para ser honesta, juzgar sin conocerlos es imprudente. Pero, ¿dónde puedo encontrar a uno de ell
llar cuidadosamente los pergaminos que ya contenían la escritura. Después de terminar con tales acciones, la dueña de un rostro pálido miró a su alrededor. Sólo estaba ella. La virgen resp
on firmeza. La brillante joven lo dijo
expresión sintió alivio en su corazón, aunque no lo demostró directamente. -Bien, ahora será mejor
a conversación. Los guardias permanecían en cada esquina, como si velaran por la seguridad del dueño de la residencia. Mientras tanto, er
er ver accidentalmente la escena a lo lejos abajo. La diosa Atvertha miró accidentalmente hacia la tierra. En un bosque,
vieran dentro de un radio muy cercano. La esbelta muchacha se quedó atónita, no porque la situación la asombrara, sino porque un sentimiento de compasió
? ¿Se encuentra bien? Parece
e lo supiera, pero estaba llena de ansiedad, como
uién le ayudará si no llegan otros humanos? ¡Tengo que llegar
entho
atamente hacia la tierra, donde el extraño hombre yacía indefenso. Dentro de su mente se mezclaron pensamientos de ansiedad, pánico y mie
que esa persona ya hubiera sido el objetivo del asesinato, así que se defendió, y se convirtió en una lucha feroz. Mamá dijo que si a los mortales les gusta matar a
marcado contraste con el ambiente del palacio, brillantemente iluminado. La joven de pelo
nque se sentía débil. Sin embargo, esto alegró a Atv
por lo que ha pasado este hombre. Espero no ll
mortal varón y la causa de que el hombre estuviera gravemente herido, incluso moribundo, causada por el at
obre hombre sin decir una palabra. La sangre que había fluido se secó lentamente en menos de un minuto. Sin embargo, el estado del varón mortal seg
cogió algunas de las plantas que allí se encontraban. La ansiedad surgió en el corazón de la diosa porque no quería que le pasara nada a un hombre morta
s de la diosa se pusieron rojos y no pronunció ningún conjuro. Al terminar, aplicó las hierbas medic
o la vuelta. -Listo. Puedo volver al palacio. Tengo que irme rápido antes
tal. El estado del hombre de piel morena y mandíbulas robustas seguía siendo el mismo. No s
rlo solo aquí?
*
ev tionth! = ¡Oh pe
ntho! = ¡
donathz! = ¡Encue
zat natgehrto! = ¡Oh mort