Llegaste a mí
n
actu
tramos con dos tipos de
futuro y aquellos que permite
resultar abrumadora y
ué fui abandonada y terminé en aquel hogar? Esos interrogantes me han perseg
arto junto a mi novio, Arthur. Nuestro amor ha sido mi bálsamo en los momentos más oscuros. Sus brazos a
rthur me detuvo y me abrazó desde atrás, sus brazos fuertes rodeando mi cuerp
te, su simple pregunta disipó mis preocupaciones, al menos por un momento, y me recordó que no e
as del pasado. Juntos, creamos un espacio seguro donde puedo ser yo misma y dejar atrás las inseguridades que
minata llena de altibajos. Con Arthur a mi lado, sé que puedo afrontar cualquier reto q
ubái para participar en el concurso -cerré el cierr
con una fuerza que me hacía sentir prisio
con una expresión de tristeza en su rostro,
idad para mí -le toqué la nariz con mi dedo índice, intenta
ubái para participar en el concurso -cerré el cierr
hur me acompañó al aeropuerto, esperando conmig
ana y pude admirar el hermoso cielo azul con n
amé, estirando mis extremidades con
Mi pequeño trasero estaba entumecido y mis piernas hinchadas.
sobre el alojamiento. Estaba en el lado opuesto del mundo, en un país extranjero por primera
es y las notables diferencias en comparación con los aeropuertos de México. Er
a rozando mis mejillas, como una caricia delicada de una rosa. Fue re
dejaba al descubierto mi ombligo, combinado con unas zapatillas de plataforma que se fusionab
orte, mis ojos se posaron en unos autos aparcados unos
s características arquitectónicas y su impecable diseño exterior lo convertían en una verdadera obra maestra. Las columnas altas y esculpidas, las venta
belleza y aturdida por la presencia imponente del edificio. Er
el mostrador de recepción del hotel. Sentía una mezc
e de Ana Montes-, dije educadamente al r
ñorita Montes. Aquí tiene sus llaves, habitación trescientos dos-. Me
a en mi bolso. Luego, me acerqué al botones y le en
ción. La atención cordial de los empleados del hotel me hizo sentir bienvenid
iré para ver qué pasaba y me di cuenta de que solo era un grupo de hombres elegantemente vestidos. Dec
confinado, preparada para dirigirme a mi habitación. Sin embargo, justo cuando las puertas estaban a punto de cerrar