Llegaste a mí
tre
E
ba su jugoso filete, no
jado la fecha
or no era el mej
re- mi respue
tengo tiempo" que cualquiera puede usar. Me sentía confundido y preocupado. ¿Cómo era posible que
Aria. ¿Había algún problema en nuestra relación que no habíamos abordado? ¿Existía algún conflicto interno
n sincera con Aria. Quería comprender mejor su perspectiva y descubrir qué estaba sucediendo en su
upaciones y sentimientos. Era fundamental que ambos tuviéramos la oportunidad de com
preparé para una conversación tranquila y respetuosa. Buscaba la comprensión
sobre la mesa. Las palabras de mi padre resonaban e
asa me hago más viejo al igua
eflexivo, tratando de expresar mi
, solo no pres
Aria y ahora con mi padre. Mi dolor de cabeza
a mi habitación, donde esperaba encontrar un poco de calma. Mi maleta estaba lista, una se
familiares, argumentando que cuando me casara él tendría más tiempo para mis futuros hijos
que evidente que estoy profundamente enamorado de ella. Cada vez que pienso en Aria, mi
anhelando poder comunicarme con mi prometida. Pero para mi
ué demonios no contesta?- exclamó frustr
mente, imaginando todo tipo de posibi
quilidad en medio de la frustración. Siento una mezcla de
mpo ahora, ten
ara que ella se alejara tanto en los últimos tiempos. Me esforcé por comprender que tenía muchas tareas y que su enf
o especial en ella. Aria se convirtió en mi motivo de alegría y mi inspiración constante. A lo largo de los año
po, y después de ocho maravillosos años de noviazgo,
posición económica en la que nací. Su padre ha trabajado duro y ha brindad
la noche estaba llegando a su fin. Me preparé para dormir, conscie
**
que tenía que tomar mi vuelo. Mientras me abrochaba el reloj, mis ojos se posaron en la
una oleada de decepciones me invadió al darme cuenta de que no había ningún mensaje de ella. Una se
rá. Sabía que tenía un vuelo importante que tomar y necesitaba mantenerme enfocado
ecialmente de ella. Parece que aún no he aprendido la lección a pesar de todo.
acer. Quería preparar algo especial, una sorpresa para ella. Pensé que tal vez, en medio de mis esfue
se momento era que el destino tení