El esposo despiadado: entre la dominación y el amor.
oría de miedo, su respiración estaba muy alterada
clamó colocando sus manos temb
intura y la pegó
-respondió Jarli con
es caricias, luego fue llevada a una cama. La cama te
dos, el frío del aire acondicionado hacía que sus picos se pusieran erectos y
un diamante preciado, Debora no sé molesto
ona más íntima a punta de estocadas suaves, sus mejillas
en sus virtuosos labios-¿Porque me haces esto?-Preguntó co
ños rugidos, el sudor rodaba por su frente hasta caer encima de lo
!-Gritó ella casi a
la llegar al clímax. Debora no aguantaba más, por esa raz
mbistiendola como un lobo feroz. Luego le dió un par d
duro verdad?-cuestion
ra, ella sentía mucho placer y a la vez d
tió rápidamente y no sé molestó en mirar ni preguntar cómo se sen
a vacía y sucia a su vez, no entendía el mensaje corpo
on fuerza, y luego se q
a que el sol se estaba metiendo por la ventana. N
acordó que hoy era su día de descanso, por ello se echó
cual aún tenía un montó
está habitación
en doblada en el closet, luego recogió toda la basura que había en el
ordenada, parecía como si vi
ía hecho-Este hombre es más fresco que una lechuga-Farfull
la y se encaminó hasta la cocina, a pesar del acontecimiento que ocurrió con
y encontrarse con una cantidad co
ajena por alguien que le gustaba. Llevó su mano hasta su frente, no podía creer
entro de uno de los platos, y el olor de este era
d, esto es una peste-Le die
cha para ver si veía al causante de tanta
esta habitación tengo que hacer un cambio extremo. Al menos para que no se enfe
guantes y empezó a lavar todos esos mugrosos
do todo lo que no servía que no vio la
ra saltara del susto, por ende se se
que entregan pedidos a domicilio. En sus man
es
me dijo que se lo entregara-Debora
día-El hombre le s
pero debía terminar, por eso solo dejó el empaq
ía terminado de lavar t
todo limpio
arle un tour a la casa para ver
io una chaqueta de Jarli y al
ueñas de marihuana, las manos de Debora empezaron a temblar en cuánto vio e
e tantas, ¿Acaso las ven
char como el sonido de la puerta le avi
haqueta a
erna y trago grueso en cuanto vio
gado cuerpo, y una franela que dejaba contemplar su blanca
o si hubiera vi
quitó sus gafas y las dejó sobre la mes
si su cuerpo estuviera ca
dose hasta él, pero Jarli la seguía i
comido?-Cuestiona
notaba que Debora se volvía una completa
, su rostro era como el de un cachorro regañado-Oye, no es que me interese m
te inter
e informa, para tratar de convenc
ierd@-La respuesta de Jarli, hizo que Debora
Estaba a punto de decir porquería, iba a co
y así quedar parado frente a ella, alzó la mirada par
os segundos, ella no le podía sostener la mirada, estaba claro que le gustaba mucho
ngún lado-la ap
o por