Segundo Amor
al otro hasta que siento los
apasionado, me abraza desde mi cintura pegando su cuerpo al mío -susurrando
su calor, su aroma embriagador. No puedo evitar corresponder a su beso c
undidos en un beso que parece no tener fin. Sébastian me hace sentir especial,
onrojadas. Nos quedamos mirándonos a los ojos, compartiendo un momento de
latiendo al compás del mío. Sabemos que juntos podemos enfrentar cua
porque mientras estemos juntos, todo estará bien. Porque nos
ar, ya es un poco tarde -habla Sebastián,
o casto en sus labios. Él me mira y m
bastián preguntarme en un susurro
contigo siempre me hace sentir m
asegurándose de que esté cómoda antes de arrancar. Durante el trayecto de vuelta
sofá. Sebastián se acerca y me acaricia el cabello
que necesito para mañana en la reunión con ma
s recuerdos con Daniel vuelven a mi mente haciendo que me sienta culpable por aceptar tener una relación con Sebastiá
esta es la vida que siempre he deseado llena de amor, complicidad y cu
go que aceptar que mi corazón late más fuerte por Sebastián. A pesar de todo, me siento culpable
ace sentir viva de nuevo, me hace reír y sentir que hay esperanza en medio de la oscuridad. A veces pienso que D
uizás algún día logre perdonarme a mí misma por seguir adelante sin Daniel, pero por ahora, vo
contesto, colocando mis manos en mi vientre con una sonrisa. "Tengo algo que contarte, señora Soledad Álvarez de Greco", "debe ser algo muy importante para que me hables así, princesa". "¿Papá está contigo?" "Sí, mi pequeña princesa", me habla mamá del otro lado del teléfono. "Espera, lo coloco en altavoz. También está tu tía Daniela y la abuela Franchesca"
tán radiantes de alegría, y la abuela Franchesca no para de
per mamá, María", me dice mamá con una sonrisa. A través de la pantalla, veo
con mucha felicidad en el corazón. Estoy agradecida de tener a mi famili
la presencia de mis tres pequeños milagros. Estoy lista par
inua