Respira Conmigo
onsejo Directivo de la universidad, Curtis Loftus, el hijo mayor de la familia Loftus,
n con directores de otras universidades, quienes solían te
bros del Consejo Directivo de la universidad. Por eso tenía muchos admiradores. ¿
is, su lista de enemigos aumentaría, y
y al igual que él, Curtis pertenecía a una de la
era contacto o relaciones con Carlo
mías y sus otros amigos también se in
alivio al saber que no es
, por qué dejé que la ira me dominara...', suspiró Debbie inten
, siempre hay otra manera si no quieres correr. Puedes simplemente gritar "¡C
rucos de Olivia, a sabiendas del odio de Carlos p
tres opciones que Olivia le hab
ublado. Debbie llevaba la camisa de maratón al igual que
uedaron boquiabiertos. Inmediatamente comprendieron que estaban acabados. "Esto es malo. Esto es muy, pero qu
¡Cómo se atreve a hacernos esto! ¡Le haré s
misma. Si no se hubiera dejado llevar por la ira, nada de esto estaría sucedien
demasiada presión, ¿de acuerdo? Si no puedes continuar, para. Siempre podemos
la opción de Gustavo. 'En cuanto a la tercera...', Karen negó con la cabeza. 'No. ¿Con lo que pasó en el centro comercial? No creo que sea buen
ué mierda de opciones son estas!", dijo Kare
as. Estoy segura de que puedo hacerlo. Además, es mi primer maratón, así que, ¿por qué no hago mi mejor e
ltaba a Karen, "Oliva es la última pe
oe!", declaró Kristina. "¡Tengo fe en ti!". La cantida
onrió con confianza. "Yo también me tengo fe. ¡Ahora
Hasta que no se acomodaron, no estuvieron tranquilos. Sabían que te
entos voluntarios. Los conocidos de los corredores de las u
erestrellas y de la medallista de plata del maratón. Ambos lados de la l
ertura. "A todos los invitados, corredores, árbitros del evento, buenos días. En es
ato resonó a lo largo de la pista; todos se prepararon para salir hacia adelante. Cantos de animación re
ie! ¡Vamos!".
ara ver que diez de sus compañeros de
ros de clase!", dijo Jeremías c
ixon. "Claramente, tú y el delegado de clase les había
a obvio que los dos le pidieron
mías balbuceaba. "¿Tanto te c
tas a Jeremías y Dixon en la espalda. "Gracias, chi
declararte a Gustavo o encerrar en su oficina al Sr. Loftus". Teniendo en cuenta los eventos desagra
nstancias!, porque me acompañarán cuando le vaya a declarar a Gustavo". Es difícil encon
risa. "Llévalos contigo y quizás Gustavo encuen
a Karen y la amenazaron con pegarle. Por consiguiente, un grito escapó de los labios de Karen. Dist
todos la siguieron. "¡Corran!", estalló
aba Jeremías. "¿Cómo se te ocurrió decirle a Debbie que nos llevara con Gustavo, Karen
tes si sigues así". Ganar no solo dependía de la suerte; uno debía considerar la estrategia también. Como una ama
edicho Debbie, los corredores que antes m
era estaba corriend
nte fumaba un cigarrillo mientras contemplaba la transmis
bolsa ecológica y la mascota oficial. Sr. Hilton, ¿qué le parece?", preguntó Tristán Seymour, uno de los ayudantes de Carlos, lueg