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Emperatriz de las Sombras

Capítulo 4 Entrada a Nova

Palabras:3593    |    Actualizado en: 13/06/2024

zaciones, muchos me miraban como si yo fuera un completo extraño y era verdad. me miraban con r

y corto sentada en un escritorio mientras fumaba pipa, tenía un parche en el ojo, su vestimenta

ombre llamando la a

a la mujer Se sacó la pipa de la boca y me miró directamente, sentí como su mirada recorría todo mi cue

ni siquiera nos habíamos presentado por lo cual no lo tome a m

respondiendo ráp

Gorgón dándome una fuer

o a meterse la pipa en la boca y

nada. –di

chicas se encargarán de sus heridas. – Vi como Gorgón

scritorio y caminando hasta donde estaba yo, puse su

hora todos me miraban diferente, como sorprendidos de que haya salido con

la primera vez que

problemas con la parte norte como para que más personas vengan a mi zona. – algo me dice que no hubiera

inaba me trajo un plato de estofado, mie

yo lo prepare. –

vi como otra me ponía un vaso y servía un poco de jugo mientras me veía igual

oy un hombre apuesto Y

bamos al bar a beber muchas de las chicas ahí también ofrecían otra

dijo Rubí fumando. – Toda esta zona está llena de

iere decir que muchos de ellos eran criminales o paganos, se supone, pero se veí

? – Rubí llamó mi

– re

vamente hasta la choza donde habíamos estado antes. – A

espada en el cinturón y estaba mi e

responder, pero me inte

o héroe. – dijo molesta. – No hay que ser mu

diré nada de la

spués de todo si no pudiera confiar en ti ya te habría matado. – lo dijo tan natural que

pesada, no sabía cómo iban a reaccionar a lo

rontera. -dijo lo que Rub

Nova? ¿Estas enfermo?

todo. – no quería decirle que era mandato de

- dije de qué manera sería. – S

ía y empezó a sonar música. - Todos ellos eran esclavos, las chicas eran vend

s hogares. – pregunte, aunque

y aquí solo somos animales para los riquillos. – sabía que no quería volver a No

ución la violencia sólo generaba más violencia esta gente d

está bien todo lo que haces

es. – no me esperaba esa respuesta de su parte.

miento mi madre me inculcó que yo debía ser uno de los cuatro grandes héroes, de hecho, desde mi niña conocí a la anti

e puso los ojos en blancos – ya comenzaste con el discurso del héroe de corazón de oro

rio decir más palabras. Me hizo una señal p

mera vez que la veía en persona y tengo que decir que expulsaba un aura que te ponía la piel de gallina. – Ahí vive

, entonces seguramente tenían un hechizo así pero

je en voz alta ella sa

ro pide algo a cambio. - se señaló de pies a cabeza. – Haremos lo

ue ir yo solo por el hechizo, pero sé que en esta

quieres

para luego soltar el humo. – Solo te devuelvo el favor, ademá

te, saber que posiblemente moriría antes de cruzar el r

ña vacía a lo cual ella estaba encantada, todo el tiempo no se soltaba y me colocaba los pechos en el brazo como un

al lugar donde siempre vamos a beber se nos insinúan todo tipo de mujeres, Izar por su lado siem

jé mi espada a un lado junto a mis cosas y me recosté en la cama de paja, escuchaba la música de la gente,

llevaba un vestido apretado de color rojo que mostraba su escote

ra que eres un héroe entonces olvídate del plan. – explicó. – Ves esa orilla. – asentí. Era u

a solo segu

ieres ir hasta allá, pero, en

blanca con un chaleco de color negro, pantalones negros, lo único que conservaba que era mío eran mis botas

rdín, las ventanas tenían telarañas y las rejas estaban oxidadas, ahora entiendo por qué d

hombre que no se veía muy mayor, debió haber tenido unos 60 años, tenía bigote y estaba en bata cuando, vio Rubí

ho más cariñoso, cuando el viejo se pe

. – dijo de man

- No dije nada solo incliné la cabeza para indicar que est

or donde comenzó a beber con Ruby y yo tenía que servirles a cada mo

poco más y cuando se iba a llevar

se fueron primero y que quedé ahí un momento para después seguirlos, el viej

e, un momento Rubí empezó a besarlo y yo aproveché para entrar a la biblioteca y esconderme en

dioses por qué no tendría que verlos ni oírlo, vi que se habían alejado y que

me explicó que tenía que buscar un pergamino con un sello azul, tenía que darme prisa, pero había tanto desorden que era casi imposible, cuando log

nstruosa, rocas afiladas y su agua esa tan fría que pod

apaguen sus gritos" – tome la dama que escondió en mis botas, corte l

escuchaba como el agua golpeaba a las rocas, solo se escuchaba como la

Suzu subió y lance la pequeña nave al agua, comience a remar lo más rápido que podía, con la poca luz que tenía de la luna era complicado, pero si no

esperarse y comenzó a golpear

un hechizo de viento para mover más rápido el pequeño bote, pero era difícil y n

ha, uno de mis talentos era que tenía buena puntería, la lance y

física, con la cuerda atada a mi cintura aquí te tome las riendas de Suzu y salí a la superficie solo para

ue lo había logrado, me incorporé rápidamente y jalé la

cuchillos, con un pequeño hechizo traté de calentarme las manos, aunque era muy difícil, después caí de rodillas

el más calmado, el que nunca quería pelear, logró entrar a reino enemigo, pero tamb

diera el resto de troncos, una vez encendidos logres calentarme un poco, me saque la capa y la camisa para que se secaran un poco y todas mis pertenecían, lo único que no logre salvar eran mis mapas, eso era un problema

je especial, el antiguo héroe debe seleccionar a un pupilo para ser el próximo al mando, y después de que

aba atrás, pensando cómo entramos a

sustado por algo que estaba atrás mío, voltee para verlo y no había nada pero cuando mire al suelo, ví que mi sombra no se movía, se había quedado en el lugar donde yo estaba sentado ¿Cómo es posible que una sombra no se mueva? miro un rato en el suelo no sombra que se reflejaba por la fogata, tr

nemos aquí? –dije con voz

a mucho más que la de un ser humano, su cabello era rojizo y ondulado, la ropa que llevaba era algo extra

llo. – Aparte que...– me olfateo para que...- Que apes

dije con el poco a

rzas, pero era en vano. Al ser un d

ientras se reía aproveche su descuido, tome uno de los troncos encendidos que estaban en la fogata y se

niño bonito. – era sarcástico un momento es

enojado ¿Molestarlos? Pero ellos son los que nos a

los ojos

me acerqué más para asustarlo. – Es

iglesia de los cuatro soles, era

edo. – se b

en estaba atrás mío hice la espada para atrás y logre golpear al demonio quien grito del dolor

de perra. – exc

ó de la cueva lo seguí para esta atento, pero cuando mire afuera solo recuerdo ve

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