Amores amargos
azel es agred
e no perderlo, era cometiendo ilegalidades. Ciro pertenecía a una de las familias más ricas de la ciudad y del país. Sabía lo que era mantener una empresa, pues más de una vez había ayudado a su padre. Y sabía lo fácil que era caer en acciones que se podrían consi
usados a los vecinos, a lo que añadió que la fiscalía investigara el caso penalmente, pues consideraba que había indicios para llevarlos por la vía penal y no solo por vía civil. Ciro era hoy el héroe del país. Los vecinos, sus clientes, le agradecían su esfuerzo y todo lo conseguido, los medios de comunicación querían una entrevista del abogado del momento y
pejarse un poco. Tras relajarse debajo de la ducha, se cambió, poniéndose una camisa negra y un pantalón y salió a tomar algo
os años. Era un lugar selecto, donde sabía que podía estar fuera de las mirada
ño lo avistó, acercándo
gra verlo nuevamente. ¿
que nadie me moles
¿De verdad quiere estar solo? - pregu
observaba como muchas mujeres se le quedaban mirando y suspiraban por él. Siempre atraía las mirad
lugar, llevándole a la zona VIP. Le llevó a una zona, que aun
una botella de whisky. Mientras toma
ro al mirar hacia arriba se encontró
ba normal o común. Su pelo rubio largo, sus ojos azules traslúcidos y su ropa como de otra época y algo llamativa, hacía que las
evantó y
ucien. Ciro sonrió. Lucien se refería al grupo, tanto de hombres como de mujeres, con el que solía salir
ado. - comentó Ciro.
empo, por lo que he podido ver en las noti
tenga algo más de tiempo. Al men
su amigo. Eran amigos desde prácticamente la infancia. Y sabía que, desde hacía unos años, su amigo se centraba en el trabajo y en tejer algunas
do el vaso. Lucien le copió. Ambos bebieron y se
ien con algo de curiosidad. Conocía muy bien a su amigo y sabía que no le gusta
ue en unos días dejen de hablar de
eron del local con la intención de marcharse a casa y con signos cl
ñana, recogería su coche con tranquilidad. No
migo y se dirigió a su piso. En una de
ducha para intentar serenar
resaca. Aún así se dirigió a trabajar, pues
ían llamado y comenzó a trabajar en Lynox. Les había gustado mucho en la entrevista y deseaban darle una
aba estudiando la carrera y no tuvo problema con los cambios de horario que necesit
se preparó para salir, junto con su p
tenta de trabajar allí. Sus compañeros eran amables y le ayu
libertad para poder salir con sus nuevos compañeros o
e de su casa, solo para vigilar cuando salía o entraba, se dirigía a la pastelería donde trabajaba
él, pero no le cogía el teléfono y le devolvía los regalos que le envia
veía reírse, divertirse, parecía cada día más feliz. No podía permitir que ella fuera feliz sin él. D
ó cuenta de que Hazel salía del trabajo y comenzaba a ca
que le gustaba a su amiga Fergie. Vió como estaba espera
e a lo que estaba esperando pero no podía
se fue por un camino diferente. Boris salió del coche y corri
me persigues? - preguntó
e hablar. - susurró Boris c
- espetó Hazel e int
o. Llegar a un acuerdo. - c
se acabó. - dijo Hazel, que seg
decida! - gruñó Boris con
os, si uno no quiere, no h
un puñetazo con tanta fuerza que acabó en el suelo. Su pómulo se volvió morado. Le agarró por el pelo y la obligó a levantarse mientras le gritaba, sin darse cuenta que alguien los estaba observando. Ciro,
dido, miró a
ra ve
s y los paramédicos atendieron a Hazel que sollozaba en el suelo. Finalmente la llevaron al hospital para comprobar los daños que le había causado Boris y ver si
s unas horas, en las que le administraron medicación para el dolor, le dieron el alta. Hazel e
se dirigieron en coche a la co
ro conducía
ado. Te ayudar
No ganaba tanto. Y tampoco quería poner en un comprom
por tu padre. Yo le debo mucho a
musitó dubi
que prosiguió. - Hoy te qu
iado señor Edevan
preocupará y no sé hasta qué punto no vayas a hacer
acabará enterando…
o informarle. Confía en mí.
l calabozo. Ciro sonrió. Le iba a complica
realizar la denuncia. Hazel no sé
tamente cómo poner esta denuncia y
que pudieron. Ciro no lo tomó demasiado en cuenta. No era la primera vez qu
almente cohibida. El piso de Ciro era de unos 400 m². Él
de ropa. La avisé antes de que veníamos y de que trajera algo de rop
r alguien que no conoces? - preguntó Hazel, atrevién
lia. Además, no suelo pedirle este tipo de cosas. - comentó Ciro, t
a ducha. Realmente era una ducha cómoda y con accesorios que nunca imaginó que pudiera tener ninguna ducha. Se fijó, que en las estanterías de aquella ducha, habían colocado ordenad
staba dentro del baño, en un pequeño taburete. Ni se había dado cuenta de que había ent
llegó hasta ella. Caminó con cautela hasta el
gar, se giró
que apenas tengo comida en el frigorífico. Espero que
con cierta vergüenza. Ciro sonrió. Se fijó en
tó Ciro mientras echaba para atrás una silla para que ella se sentase. - Ya habl
mida a Hazel y luego
e así? - preguntó Ciro miránd
ñas cosas. Hasta volverse un hombre demasiado celoso y controlador. Apenas podía salir con mis amigos. Con la única que me lo permitía era con Fergie y aún así p
o también intentan que dependas de ellos de otras formas, como la económica. Todo va poco a poco. Tú has tenido suerte, pues aún no consiguió tenerte tan enjaulada como para que tengas miedo de huir de ahí. Aún así, será difícil. Te aconsejo que te apoyes en tu familia y si un día ves que es demasiado,
ne. Todo esto lo tendré en cuenta. Y no
comentó Ciro con una sonrisa. Esa sonrisa era perfecta. Esto
, desde el día que la vió en casa le había atraído. No había pensado mucho en ella en ese tiempo, pero debía reconocer, que en algunas ocasiones, su rostro le había venido a sus recuerdos y un calambrazo había r
ta, una habitación amplia. Aunque no había muchos muebles, se notaba que eran bastantes elegantes y que estos eran hermosos. Una gran cama estaba en la mitad de la habitación, junto con
o, mi habitación es la de enfrente. - dijo
nes separadas, aún sintiendo esa ten