Sustituta ¿yo?
despertaba con una gran sonrisa mientras miraba a Amelia dormir
ficina, no por ser el jefe iba a llegar tarde,
etedor. Después de todo, las cosas le habían salido excelentes, mejor de lo que pensaba ya que Lara había
Aarón Miller inspiraba mucho respeto y obediencia de todos y ahora que lo veían risueñ
be encontrarse en su puesto. Ella siempre fue muy responsable, jamás faltó ni llegó tarde hasta los últimos días. Saber que volvería a verla, a pesar de todo,
tal grado que la mantuvo a su lado oculta y a su merced. Pero se auto calmaba y autoconvencía diciéndose a sí mismo que ella pudo disfrutar de su amor y, po
umentos del divorcio con su abogado para que todo quedara resuelto cuanto antes, aunque al ser de común acuerdo no había ningún
-
a
poder ver y entender qué es lo que me está pasando. Como una ola o más bien un sunami lleg
que se casó con él por el dinero y no por amor. Irónico, muy irónico todo lo que me d
sión, haría lo que tendría que haber hecho hace seis meses, pero que pos
arreglar todo y poder partir de e
toda la documentación y acomodé un hermoso paquete que le llegaría directo por correo inter
o arreglado. No empaqué absolutamente nada, nada de este lugar me interes
stino ya me esperan, solo haré una parada antes de partir. En Industrias Miller me espera el fin de u
-
duladores. Él había llegado a tiempo, como siempre, y ese día en particular estaba más que feliz porque el abogado le había notificado q
ía. Todo marchaba como era de esperarse. Mientras se bebía el delicioso café que su secretaría le había alcanzado atendía una l
no pasó por su cabeza el otorgarle una tarjeta ilimitada. Eso era
había pensado realmente. Ahora se sentía un mal novio, era una fortuna que ya estuviera en con
que ser insistente para poder ser oído. Después del pase, pudo ver que se trataba de un empleado de co
ete que esa mañana había sido dejado para él. No tenía remitente
o? _ preguntó un
entó el joven con calma y parsimonia, él no te
des retirarte _ fue
a la leyenda de "Urgente". El hombre frunció el ceño, tomó la caja en sus manos y la sacudió intentando descifrar que podía haber adentro. El sonido que produj
ilusionó y se dijo que debía de ser un regalo de su hermosa Ameli
rencia y comenzó a rasgar el papel del envoltor