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LA ESPOSA

LA ESPOSA

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Capítulo 1 Traición en la boda

Palabras:6517    |    Actualizado en: 30/04/2024

cado popular en compañía de su hermana menor Jazmina y su amiga Noemí. A un día

jer de mediana edad de tez oscura, pero de rasgos mu

sted adonde debió llegar- le respon

queño arreglo- declaró Jazmina con impaci

esta vez a Ross, ignorando a propós

ida y le gustaba llamar la atención de quien fuere, se molestó. Hac

- expresó Noemí, quien se h

sol del medio día, era natural qu

ole una taza a Ross con el líquido negro, y ace

raciones?- le preguntó Jazmina a su herman

o está siendo amable- le exp

ue digas- vol

é, y se dedicó a elegir las flores que buscaba. Le pagó, y cua

ha lle

asombrada, mirando a

la taza ya seca y

inero. Pero...hay mucha envidia a su alrededor, cuídese de la gent

ero va a tener ese!- se mofó Jazmina re

o tembloroso - no las van a utiliz

oncentró la s

señora, solo en

Que Dios nos tiene aquí para un propósito. Busque la def

con Joel y que conoceré a otro hombre?- le cuestio

-. También le dije que se cui

ber que ha llegad

usted conservará

volvieron a mi

sarás con Joel conservarás sus camisas como c

a atrás- la consoló Noemí, abrazándola

iverso, señorita- le gritó la señ

las flores, la tenía muy nerviosa. Cuando finalmente el sueño la venció, el abrazo inmovilizado

Despierta!- le llamó Noemí,

iró aliviada y agarrándose el cuello. S

que te puso

a y yo... no quería pero tenía qu

ensando en la doña es

vamos a dormir, debemos est

ura hasta la cintura, desde donde abría en capas hasta cubrirle los pies, no hacía más que resaltar su belleza. A pesar de ser una joven

nvertiría en la esposa de uno de ellos, Joel Torres. Él era un joven de mediana estatura, de tez clara, pelo rizado y rubio osc

ra hacerte mía-le dijo

su habitación para verla

erte ver a la novia antes de la ceremonia- le ex

za en señal de arrepentimiento- Ya me v

esto hotel, para de allí dirigirse hacia el club donde se efectua

te, querida- le informó la señora

enina. Llevaba el pelo rubio recortado en capas y casi sie

n simple- agregó-. Ve donde tu

aá!- se

s!- insisti

radiza o noviera. En verdad, las dos hermanas nunca se habían llevado bien. Desde niñas había existido la envidia, es decir, la menor siempre quería lo que tenía la mayor, y esta tení

les extrañaba que la mayor, siendo menos femenina y, a su parecer, agraciada, se fuera a casar primero. Los dos últimos hijos de la pareja eran varones, uno había ingresado a una pequeña universidad en su pueblo natal y el otro había entrado a la academia militar. E

na. Abrió la puerta y le pareció escuchar una discusión en el baño. Como en cámar

posesione bien en la firma, la dejaré

o por lo más sagrad

del seguro para establecer nuestro propi

?-volvió a prot

que nos espera, y además... siempre po

as podrá

crees en mi amor?-

lo otro, tonto!

ando llegue el momento, sin ese dinero...- la chi

la falda de su vestido y ella soltó

con hacerla gritar. Pensó que se iba a desmayar. No podía darse el lujo de desplomarse allí, así que se so

juro...- Joel corrió hacia ella intentando abraza

quier cosa que se interpusiera en su cam

etuvo, ni Jazmina ni Joel que la seguían- ¡Les est

o se miraban y se preguntaban qué estaría pasan

viento. De pronto chocó con un bote de basura que la hizo caer al suelo, lacerándose la rodilla derecha. Gimió por el dolor, pero escuchó la voz de su hermana que la alcanzaba y, justo en ese instante, vio un auto a punto de emprender la marcha, y olvidándose del golpe se lev

do ella volvió a la realidad. Miró hacia todos los lados y no vio señal de personas. Hasta ese momento no

or desaliñada barba se le fue encima, soste

e! - suplicó- Voy

se mofó el hombre

ntenció un esquelético joven, desmontándose del coche

, pero los dos malhechores que se encontraban a la espera de sus turnos la detuvieron y la derribaron sobre

rro. Y en efecto, volvieron a escuchar los ladridos del animal, que al parecer se

destino le había jugado una mala pasada. No solo había sido traicionada por su herm

de ser peor

ida en el agua, deseó hundirse allí y lavar sus heridas, despojarse de sus sentim

deró de ella. Le aterraba pensar que habían regresado los "tipos" de los que se h

una voz ronca cuestionó, una v

me... haga daño- balbuceó-. No me

cer

ambaleó", pero logró mantenerse de pie. Lo miró perpleja, dándose

do de salvarla de su propio intento... ¡suicid

ué se refería, hasta que lo

tá usted pensando...?

entonces !- ar

acia atrás y levantó el pecho con orgullo. ¿Quién se cr

alida, ah?- la miró de arriba abajo observando su vestido de novia, que al

ándole explicaciones que no son de su

lejarse, él la detuvo, haciéndola prision

éndose para intentar zafarse- No permitiré

e que necesito aprovecharme de una criatura in

esbelto, de tez bronceada, con el pelo muy negro igual a sus profundos ojos, que eran como un imán. Notó que

eo irme de aquí- d

un largo silencio, con las manos descansando en la cin

ro!- exc

es mi

sto de pelo negro y brillan

ordene, pierda cuidado- agregó al

o ante las mujeres o las personas en general era su físico, su dinero o su poder. Su poder, definitivamente sí que era un hombre de poder, era el único hijo

perro, pero este se resistió con un ladrido

Qué pretende señorita?- inquirió, l

salvó- le confesó-. Unos t

ercó mucho, pe

ndo la cabeza, tratando de nivelarla un poco co

a cabeza, sin d

ahora, tranq

le secándose las lágrimas con el dorso de las man

el perro lo siguió, él también. Cuando el animal se detuvo y cambió de dirección hacia el mar, el ta

ueron- con

misión llevándola a cas

miró c

Le extendió la mano esperando que finalment

el ofrecimiento, pero prefiero irme por mis medios- le dijo después de estrechar

perro y empezó a alejarse-. Supongo que tiene un auto por a

pensarlo po

ó detrás de él h

dijo

la luna alumbraba el lugar y

acía con dificultad quedándose muy atrás, el forcejeo y la tensión de

cedió y sin previo avi

e pretende?- preguntó alarmada y sin fuerz

que vamos nos va a encontrar el sol aqu

o. No solo era atractivo y fuerte, sino que olía muy bien. Su perfume se

puerta y le ayudó a sentarse. Lo hacía con tanto c

gen de Ross era más obvia. Ahora sí destacaba el sucio d

copiosa hilera de largas pestañas que parecían molestarle al parpadear, abundante cabello que cubría hasta sus sienes y sus labios perfectos. Su torso era inmejorable. Era pos

on disimulo su

rarla, después de un largo silencio que había durado

orazón y desgarrado el alma. Y si regresaba al pequeño apartamento que compartía con su

. ¿Qué iba a hacer? No tenía di

d- volvió a decir, ya estan

o- se disculpó por

ó- Estamos cerca de la mía. Pued

jos. ¿Qué pretendía es

ted mi tipo, es menuda... me gustan rubias y morenas- la volvió

ser tan gros

rla de que se deje ayudar, que confíe en mí

azmina, definitivamente ya estaría coqueteando con él, mientras

ntrando al sótano de una

dije

e negó- ar

abrió la puerta

habrá pruebas de que estuvo aquí- le informó, ex

o las suyas que estaban mugrientas. A pesar de las dud

mano, pero era más un acto de caballerosidad que d

ítu

l que llegaron. No solo era enorme, sino exageradame

e una vez fue blanco, ahora sí

mbio de ropa- ofreció David, mientras se dis

Tiene... un apartamento muy bonito- agreg

ntió, caminando delante d

- observó, arqueando una ceja-. Lo digo por haberme

n una media sonrisa-. Le traerán algo que ponerse- le ec

unció e

s lágrimas. Lloró hasta sentirse seca. -Nunca más... lo prometo- se dijo en voz alta con determinación, golpeando la pared con la palma de la mano. Había deci

e y en el piso un par de pantuflas de lana. Se vistió y se miró al espejo. Se burló de sí mism

recordó que no había comido más que u

o y largo pasillo. Alcanzó a ver, al final, una puerta entreabierta, y volvió a experimentar la sensación de ahogo que

retendo seguir discutiendo sobre eso- decí

rse. De pronto sus miradas chocaron. Se "moría" de vergü

ento,

otable cambio en su rostro. Salió de la

mo un "camaleón",

nada-. La cena está lista, vamos- l

ando la mano, mirándol

él le ofreció una silla

edia sonrisa, sorprendiéndose al notarla son

a mesa, y cenaban en si

arle hablar... yo solo... -

do- expuso, encogi

dio s

aba- re

O

untarme por qué?- la mi

bencia- volvió a e

por qué de pronto p

o quiere

e en un lobo feroz cuando me siento atacado- confe

o er

me case. De nadie me dejo manipul

n mal está

el momento. No está en mis p

la indicada y no quiere que pierda la oport

ervilleta y empujó el plato hacia a

Qu

l vestido, ¿no?- preguntó reposando los brazos sobr

r que ya no lo llevaba- Sí, creí que

tras él solo la observaba,

só con verdadero agradecimiento, rec

e felicitar en persona a

ra el cuidador?- indagó

rio a c

Como está aquí, le dije

mientras Ross solo parpadeaba t

imidada?- de pr

confesó sosteni

or

que me observa o porque... estoy e

os a la sala- la invitó cambiando el tema. Él no podía dejar de mirarla, necesitaba aseg

asi

le preguntó si le apete

ella se sentó en un sofisticado pero cómodo mueble frente a u

mos?- pr

nfesó ella volteando los ojos-. Es obvio que

ser peor, ¿no?- l

me ahogo en un cubo de agua, o ta

Mírate, ahora estás aquí... conmigo- sonrió con elegancia-

estás h

rieron-.Ves, no importa la tormenta, siempre vue

que ahora estaría riendo y to

. Es lo bueno de charlar con un desconocido, pue

e eres

Y sí, lo soy y no me avergüenzo de admitirlo-

eron

con sus enormes ojos verdes-

no. ¿Música?-

cer lo que quieras. Ya que te tomas el champagne

tener que volver a cargarte- bromeó

fá es bastante cómodo- re

ar la copa después

invitó de repente,

ando empiece otra- prometió Davi

r? ¡Te acobardas ahora!- lo r

to- le confió-. No me importa si se trata de

ue pudiera avergonzarme más adelante solo

nos parezcamos!

im

harás de ti a ver qué tal.

ber de ti?- le preguntó levan

ado que muy p

¿

piensan que solo sonrío cuando planeo

s mientras ambos se

s y luego deslizó las suyas sobre los fornidos antebrazos del hombre, sintiendo su suavidad en la piel y la fortaleza de sus músculos, el cont

eniéndola por la cintura y atra

miraba, que era casi nunca. Su cuerpo pedía más, no sabía si era el alcohol o el hombre que la abr

to?- finalmente ella s

nes int

trig

si

orq

tó qué tan

se

carne y hue

uienes creen que

así cuando eres

ás cautivada por mí y aún así tienes el

de Ross se puso r

razó-. Ahora casi puedo palpar tu verg

y charlando hasta e

estar y Ross dejó de bailar

ello.- ¿Dónde estabas? Eres mi salvador, ¿lo s

ue te salvé y, además, soy el dueño del per

zó sobre él abrazándolo y reposando su cabeza co

e cosquillas por los costados, provo

endo cosquillas. Y no

e preguntó alzand

to la besó con ternura, un beso suave y rápido. Y como si solo hu

iera a punto de llorar. La sonrisa se convirtió en "risilla" y fue au

abía que podría ser algo incómodo, pero él fu

asión, tal vez, hubiese recogido mi orgullo y me hubiese mar

a reír por s

na gente. No puede ser menos un hombre que recoge una vagabunda indigente y la lleva para la casa que cuida y le brinda buena champaña. Y que además...- hizo una larga pausa y lo miró fij

alguien me dice tantas cosas lindas que no soy, pero que sé que no

digo por

confiar totalmente en él. De tener la oportunidad, uni

s por los efect

volvier

e-. Puede que el alcohol me haya ayudado, claro. Hasta

ces te

trató de retractarse parpadean

ra cosa estaría dispuesta a casarte con un simple cuidador, de mal

s eres...- lo miró a los ojos- eres el hombre más guapo y generoso que yo haya

o para atrás como si estuviera

absoluto- le confío sosteniéndole la mirada. -Pero lo has sido conmigo, demas

tampoco quiero q

ó la mirada y vo

ca t

cada vez más, a tal punto que la cargó sobre su cintura para llevarla a la hab

di q

jo sin

depositó en la cama con cuidado, y se asomb

cir que sí, solo

o fue la r

en su cuerpo aquel exnovio del que ya sentía celos. Pero, finalmente, al hacerla suy

ser. Pensó. Fue al baño y se contempló en el espejo. Era su costumbre, después del sexo, hacer algo, lo que fuera que lo alejara de la persona con

pijama puesta y la vio acurr

?- quiso sab

me siento

supue

. Sin analizarlo siquiera, levantó la cobija y también se metió. Pe

r debajo de la colcha, se movió con toda su inocencia

lo por un rato, él

soltó. Era extraño para él sentirse int

que me emocioné- c

ocupaba la idea de que ella se

ara que pueda desc

evantó la cabez

me rozas con tu cuerpo

¡

n rato casi aguanta

azul- bromeó al c

ó "azorada" y e

a ya, er

A pesar de su escasa experiencia le pareci

ás as

í, un poco-

bien, lo

ás fuerza, hasta q

a tu proposición- agr

n. Desde un teléfono que había en la sala de estar llamó

y morena. Era sumamente inteligente pero había tenido q

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