Un Paso Hacia la Luz

t

a realidad al esparcir su horrible repiqueteo en el aire a las 6:30. Como cada una de mis mañanas todo inicia con

de las hojas, manchando el suelo bajo ellas con sus brillantes tonalidades de verde. Al regresar a casa el día inicia verdaderamente, vi

divertidas que las mía. Fijo mis ojos en una señora envuelta en un pesado abrigo blanco, la cual mantiene una acalorada discusión con alguien al teléfono, un chico delgado y bajo se mantiene junto a ella, evitando q

a que me extraña, mi cita más próxima es a las 8:40, la señora Adams viene cada segundo miércoles a hablarme de cómo su

adro ubicado tras mi silla, el cuadro es un bonito paisaje que mi secretaría coloco ahí pensado que sería agradab

los oscuros y rizados, en cuya cara unos hermosos ojos verdes que brillaban

e pregunto simulando ojear un

radable sonido de su voz, yo era capaz de ver lo ansiosa que estaba por la forma con la que jugaba con unos lentes oscuros que seguramente se le tuvieron que habe

ser un expediente médico, lo puso frente a mí en silencio y sus o

ha permanecido recluida en casa la paciente?. - Pregunte ante

les que no se encuentran en el expediente médico de cada paciente mental o psiquiátrico,

ente venga a mi consultorio?.- Le pregu

a de mi parte. - El problema radica en el hecho de que ella esté disp

eva tarjetas de presentación hoy día?... Y más extraño aun, ¿Quién las perfuma? - me quedo absorto mirando la tarjet

u hija podría ser una especie de monstruo recluido en casa, del cual se quiere deshacer de algu

eléfono sobre mi escritorio. - ¿La dejo pasar? - Pregunta bajando la voz, como

ras pienso en alguna otra cosa. Cuando me decidí por psicología nunca pensé que mi vida iba a terminar así, la elegí porque tenía el sueño de ayudar a las personas, de la misma manera

oncurridas”, en estos tiempos tras la pandemia la vida del señor Thomas se tornó mucho más difícil de lo que regularmente era, pero al menos pude convencerlo de ir

í ir por fin a ver al pequeño monstruo, el GPS marcaba que la dirección puesta en él estaba a unos 30 minutos de mi consultorio, uno de esos barrios en el que solo vive gente rica y posiblemente famosa que

tener 16 años recién cumplidos, cosa que deduzco porque intenta tener una sesión de fotos sobre un auto deportivo completamente

ea boscosa, nunca me imaginé que dentro de un barrio privado pudiera haber una sección aún

ntras masca chicle de la forma más brusca que le es posible, no sé si para ser má

-Le respond

uardia meneando la cabeza y dando golpecitos

o al guardia, intentando explicar po

pasar. - Me responde antes de que

tarjeta que me entrego la señora Percy, se la entregó el

entre dejarme pasar o no, me hiciera sufrir de alguna manera y esto le causara algún tipo de placer, ese tipo de comportamiento psicopático viene con

o una especie de palacio diseñado únicamente para asombrar a los visitantes. Ya en la entrada me bajo de mi pequeño auto que se ve muy

- Me pregunta la señora con su voz de abueli

la cual no puedo evitar corresponderle, ya que su amable rostro me recuerda un poco a mi propia a

de la mansión. – Mi niña siempre está en su habitación, como seguramente se imagina usted, debe ser cuidadoso y evi

os lados hasta unas escaleras que daban a un segundo piso, cada objeto en aquel vestíbulo relucía ante la luz del sol que entraba delicadamente por las grandes ventanas, ya en el pasillo una alfombra color champaña remplazaba al mármol, y por lo que pud

n mucho cuidado para evitar hacerla rechinar.- Y recuerde, intente ser cu

zmorra?.- Dije mirando fijamente la puert

zo pensar en la posible gigantes del monstruo, capaz era por eso que no quería salir de su mazmorra- las cortinas en combinación con la ropa blanca en la habitación impedían a la luz filtrarse por los grandes

que el monstruo me escuche subir, tomo algo de aire y trago saliva. Ya al final de la escalera, veo a la cosa más hermosa que mis ojos han visto nunca, sentada en un pequeño mueble

de ella, puedo ver que lo único que lleva puesto es una pequeña batita blanca y lo que parece ser unos pequeños shorts qu

ercy.- Le digo para advertirla

e congelo un buen rato, para luego meterse en su libro, intentando aparentar

? - Le digo inten

mente estoy desnuda?.- Me pregunta abrazando el libro contra su p

atita no apartara de mi vista sus piernas.- Lárguese.- Gr

en realidad si resu