Secretaria del Sexo
l
s que llevan tocando el timbre seguido, molestando mis tímpanos. Estrujé mis ojos con la mano, y parpadee un poc
lavículas hay rasguños, y podía decirse que había una herida medio profunda abierta allí. La jale del brazo, metiéndola dentro del departamento, la llevé en seguida al baño, le despoj
n poco de huevos revueltos. Miré el reloj que marcaba las 7: 30 a.m aún me quedaba tiempo para ir a Hilerson Enterprises. Arremangué la camisa manga larga hasta mis
ato de mi hermana frente a sus ojos, llevaba unos pocos minutos ahí, pendiente de mis movimientos, a pesar de que esté en su mundo.
e senté al lado de mi hermana, mirándola engullir la comida que le había preparado. Pasé su m
ero, aunque digan «no tengo posibilidad, él me mantiene a pesar de todo, ¿cómo podría tener techo y comida, sin él» Mija, hay muchísimas posibilidades de encontrar un empleo, a pesar de lo duro que sea. Todo lo que hay que hacer es
casa es tuya. Sólo busca empleo. ¡No te arrastres por un poco hombre! Esos tipos merecen la muerte, caden
uen
n de
ueden c
bl
ermana. De aquellas chicas y mujeres. Sentí el nudo en mi garganta y lo tragué fuertemente, no qu
mediato saltó de su lugar, algo dentro de mí de
la llamé igual a cómo l
suelo, y yo lo hice con ella, abrazándola fuerte. Mi teléfono sonó, me d
asistir-hablé antes de que él lo hiciera-. Prob
uí y c
celular, y de nuevo tomé
asintió varias veces, abrazándome
e
edos su cabello castaño claro cobrizo con mis dedos, y a la vez haciéndole masajes ahí para que se relajada
, me
esto fue
lo
odas aquella
ni menos la protegí de aquél bastardo, también me sumí e
eger de aquella bestia, no
ra lo
rle, Eli-su voz sonó
nar con él p
la policía, que no me buscara de nuevo, y antes de eso lo que hizo fu
a. No te protegí cuando debí,no todo esto es tu culpa,
, sabía lo que haría, y así fue, busqué el botiquín de primeros auxilios, y lo abri para sacar unas dos gasas, pomada y alcoho
con un cuchillo,Elisse, pudo
ojos de l
de eso, ¿sí? -mascull
in
la gasa y la pegué con la cinta especial en la herida. La mandé a acostarse
a era tod
celular, buscando el nombre «Benjamín Bowman» un psic
🌺
s, muévete! -le g
ndose poco a poco de aquel trauma yendo a ver a Benjamín en
llo en sus ojos, que me gustaba. Me gustaba verla salir un poco, y reírse. Me g
lo que tenía que ver con ello. Hasta podría decir que se inscribió en boxeo, después de tanto tiempo. Caleb, había cumplido con su palabra, no lo había vis
n poco tarde al trabajo mañanero. Ah, y hablando de Conner, por los mom
o he escuchado la palabra «novia» por lo tanto dudo que la tenga, y si e
es que meterse en una re
,
O tal vez sí, quién sabe. El punto es que,querida conciencia, no creo que Conner tenga
eció Carolina
bajo. Poco después estacioné, me despedí de ella, y corrí
el salario p
e
s que me cae mejor que las otras zorras. Toqué la puerta tres veces, y pasé cuando dió la orden. Mi corazón l
é, menos tú
lla
l al ver cómo me c
ita sea, qué vergüenza. ¡Acababa de caerme delante de él por un estúpido gato! Solté
por favor,tuteame» quise decirle y callé,
espalda. Mis huesos tronaron, y mis pechos dolieron,
zmerreír para
Y para Conner tamb
noté un pequeño chichón sobresal
s ojos azules–verdes
r es fea-comentó, y cerr
quise
inocente, en sus ojos
, hazm
liente y guapo. Sus ojos exquisitos y su sonrisa un arma mortal muy potente. Su cabello
jos,di que me deseas, idiota-, tres minutos t
da se lla
y luego quise reprenderme por mi tono de voz, aunq
nt
entirosa! » y juro que c
nnell-demandó-. Mandaré a su co
en
s caderas a lo más... natural. Escuché un suspir
aría en
se
dic