Los fetiches del multimillonario
aber si
jos signi
ntratar a alguien más joven. Reconozco que el cargo es bastante intimidante; de todos modos, ya pasé el maldito filtro y es
ivan que parece haber recuperado su compostura fue allí y ha vuelto con una
ia, y de momento lo mejor
r qué tan
algo? ―pregunto con curios
ia en vez de alergias
lo que está muy acostumbrado a su planta de
xcesivo, de todos modos
incurre en alguna falta es probable q
ica los funcionamientos de cada área y detallo que todo lo que se trabaja allí es de orden administrativo. Solo papeleo que se diligencia por medio de la plataforma multifuncional de la empresa. Un sistema inteligente propio de digitalización de documentos. El funcionamiento co
stal, ubicada justo al lado de la del jefe que si tiene paredes sólidas y es toda cerrada. Una vez me posiciono en mi
uya por lo que tengo tiempo para ocuparme en aprender. Es mucha información para procesar, pero todo es cuidadoso y detallado, al final no me resulta difícil y es como estar de vue
directo a la señora Sullivan. Eso me molesta por lo que me propongo plantármele de cualquier manera así tenga que p
o esa loca aventura. Mi hora de salida es a las seis, y esperaba que también saliera, pero no ocurre, así que me quedo esperando un poco más. Cuando se ace
ya vas d
nforme conmigo. Levanto la mirada para verlo y me causa gracia que no aplique para el personal masculino. Eso me hace pensar
ant
aún más gracia me
amable para no mostrar que estoy impac
r día? ―pregunta y creo que
e mirarle
manejo si no quiero que de
comedido, quizás en
er por qué
ué
cionaste de
lo linda y j
verdader
rompe un ca
na r
oy James subdirector administrativo.
van me dio el cron
ue no me despida ―re
aquí por eso, no creo que vuelva a fijarme en nadie en mucho ti
no creo qu
emos q
ice tomándome por sorpresa, entonces veo que por fi
nervo un poco porque luce todavía más enojado. Empiezo a rec
iadosa a James para que no insista con llevarme, seguido me apur
erlo pasar cuando salga de estacionamiento. Asumo que es el ejecutivo que sale, por suerte lleva los vid
pensar que debe ir a algún otro lugar que no sea su casa o algún compromiso de negocios.
detiene en un semáforo y eso me alegra porque ya lo tengo a la vista. El señor del taxi me mira con recelo, l
o algo señorita? ―pre
uto el
eno que no lo perdiera de vis
arrio residencial exclusivo, o zona de restaurantes, en cambio toma una ruta un tanto diferente, si residencial, pero más corriente. No puedo pensar que viva por allí, no, conociendo su
cosa. Me arreglo la ropa y toco el timbre de entrada. Me dejan entrar y voy hasta la recepción. Cuando estoy allí me siento estúpida porque no tengo ide
que desea? ―me pr
a, pi
estacionamiento ―digo y me quedo cal
aña cautela
algo en su monitor―, ¿es q
iva, además de sorprendida; sin embargo, esa
h,
a mi
advierte de sopetón, lo que me obliga
rarme. Me debato entre si dejar esta locura y salir corriendo de allí. No obstante, gesticula monos
treabro mi boca―, tome el ascensor y suba directo
rrecto me encamino hacia el ascensor con algo de ansiedad, porque ahora empiezo a caer en cuenta que quizás ese hombre se verá allí co
a
se ponga furioso como el demonio ahora. Sin
alguna falta grave?»
i se me fuera a salir, por lo que trato de calmarme cuando llego y estoy ante la puerta. Antes de tocar me
es su tono de voz. Giro el pomo y entreabro la puerta―, ¿Q
razos cruzados al pecho en una actitud irritada. Se ha quitado la chaqueta, se ha sacado la corbata y ha remangado sus puños dejando ver sus muñecas blancas
ll
reaccionar, pero retrocedo más rápido que una bala y