Desde que te vi...

ue voy a hacer papá— comento m

Qu

de 20 años, por favor, divorciémonos— su ex

pentino de su comentario. Me tumbé en

regunté, intentando

da porque me habría caído por la sorpresa. No era capaz de organizar mis pensamientos ni de formular palabras. Desde ha

o. Habíamos estado casados por siete años, trabajábamos juntos en la misma empresa, y jamás pensé que él fuera capaz d

delante de mí y limpió

n no es la misma —trató de explicarme con voz dulce, y mi estómago se revolvió en un

me engañaras —fue lo

todo lo que

recía rehusarse a dejarme ir. Finalmente, me llevó hacia

omentó mientras me acostaba—. Solamente qu

tiempo había pasado, pero el hambre me hizo acercarme a la cocina, donde estaban ence

—empezó diciendo una voz que conocía muy bien—. Una m

Catalina. Era una mujer alta y con curvas pronunciadas, pero por lo que había escuchado, tenía una persona

e años. No puedo simple

o. El bebé necesitará

aró mi exesposo, poniéndose una mano en la cab

bajo; será muy incómodo —excl

tu nombre. N

pada—. No entiendo por qu

su trabajo. Mis jefes

cía que odiara

e quiso hijos, ¿crees que estaría dispuesta a

l suelo. Era la idea más estúp

Qu

e sabe mucho del cuidado de los

isfacerme, quizás sea una buena opció

oficina hablan sobre qu

e esfuerza por verse como una mujer de noven

está esperando protagonizar

por mucho más tiempo, pensé alejándome de vuelta hacia la recámara. Me aseguraré de haberme engañado, me prometí sile

que nos tomamos el día de la boda con sus padres. Tuve una gran idea. Su familia era dueña de una conocida empresa del sector, en la que ahora tra

ataría l

e cercanos, pero sin hablarnos. Ambos tenemos personalidades opuestas. Siempre fui muy tímida, pero él parecía estar rodeado

; terminó proponiéndome matrimonio en un elegante restaurante de la ciudad. Mi familia parecía estar cerca del ciel

dijo mi suegro—. ¿Cuándo pu

buen elemento para la empresa debía ser aprovechado, en especial si ahora era parte de la familia. Así fue como comen

daría el gusto de que me vieran derrotada. Cuando me acerqué a la sala, Sebastián ya es

a casa en una semana; ambos estamos lo suficientemente grandes para li

? —preguntó con

comendaré con tu madre —presioné aquel cable e