Una cita a ciegas para el CEO
un hombre vestido de forma elegante y con el cabello dem
s asintieron y se colocaron en sus mejores poses. Eve curvó la espalda, sacó joroba y deseó haberse m
fueron contes
talles, viajes», fueron las respuestas qu
irigió a Eve al verla en sile
esto. Hum, la realidad es
guntó con incredulidad-. ¿Enton
por qué debían contratarla, o por qué podría ser buena para ese puesto.
e dinero, ¿qué
ina y supo que había alguien más
puntuar su fertilidad... ¿En serio tengo que decir eso? -dijo mirando a una cámara que había en el techo, después se escuchó la voz de otro hom
Me puede repetir la pregunta?». Otras fueron contestando que todavía no se habían
contestar no quería hacerlo. Ya no estaba segura de neces
embarace y no pueda atender su trabajo -susurró y
ombre a los ojos, así que se conc
un hijo. -El hombre parecía igual de avergonzado que ella cuando continuó-.
e!»-. No sabría decirle, fue rápido, mi... El padre de mi hijo era muy insistente, en el primer mes es
*
a. Le pidió a su primo que despidiera a las dem
tomada, pero quería m
hacerlo. -Harrison miró a la cámara c
Pero ¿qué clase de entrevista es esta?
mo sin dejar de reír-. La quiero preparada
z más a la cámara y vio como Harr
una esposa, es
*
a marcharse cuando
parecía intentar calmarla-. Mi jefe nunca tiene sentido del humor, pero justo hoy d
uerta, con los músculos contraído
. Esto es un error, no qui-quiero ningún tipo de intimidad.
ese momento que su cuerpo se negaba a mov
seria y Dios me libre de pedirle que se acueste conmigo. Me gustan los h
ntra su pecho y se abrazó a él
con su mejor amiga. En cuanto ese hombre l
ldremos. -La miró de arriba abajo y frunció el ceño-. Debo llevarte a u
as manos en su regazo
jor amiga me presentó a esta entrevista, pero yo no estoy segura de ser lo
eció ignorar
rpeta y come
sperar a que ella contestara y prosiguió-: Tienes un hijo de cinco años llamado Mathew, padece autismo y según la información que dejaste en la agencia... Cito de
iló lo que su amiga había puesto en su información, los unió
derme a mí misma -sintió su voz aflautada y unas terribles ganas de salir corriendo-. Mi hijo m
de levantarse cua
lo lo miró, incrédula, Harrison subió su oferta-. Cinco millones solo para su uso personal, pero sus gasto
palma de mi mano y sé que allí no hay nada, aparte de cabras y menos hay futu
ba teniendo, en las dificultades que tenía para apre
a querían, pero su amiga no la
ó a Harrison y pronunci
el respaldo de la silla como si un gran pes
erf