Mi dulce de melocotón

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uno que al parecer se adelantó. Mis manos tiemblan mientras tomo agua pasando las

eto lista. Estoy tan nerviosa, ayer se veía de una forma tan dominante por el celo. Y llegue a

nreír. Frunzo mis labios, mis mejillas queman y un fino dolor en mi entrepierna crece, ¡fram

saltara encima por tu olor -. Golpeo su ho

bolso -. Camino hacia mi h

porqué no lo hice por lo que decido llevar otra cosa, cuando estoy por girar

s colmillos de Abdel por lo que mi mente hace clic y me apresuro a abandonar

o está

, ¿cierto? No quiero que s

bien? -. Asiento, aunque su

e no debe de pasar, somos amigos. Trato de alejarme de nuevo sin obtener éxito, A

leza termina rindiendose ante él, Abdel es rápido

ece por el aroma rico de él, respiro con dificultad cuando Abdel me besa. Su toque me deja inmovil,

es de aceptar mi ayuda. Estoy seguro de que tu medicina no está sirviendo, as

is fluidos sería peligroso, respiro pesado revolviendo mi mente sin saber qué hacer. Siendo una con

sentido nublándose. Siento como sube mi falda oprimiendo con su dedo mi centro, el roce de sus manos contra mi ropa interior me de

r su rostro en mi entrepierna siendo sorpresivo, me tomo de la encimera balanceándome para

endo que pierda por completo mi parte racional cegandome ante todas las nuevas sensaci

incorporar, abro mis ojos como él pide notando la gran cercanía que

sensacion mientras estos se hunden en mi interior c

pasos, ¿me estaré aprovechando?, nos miramos a los ojos cuando se separa de mis labios. Dejo descansar mi cabeza en su homb

r de nuevo mientras mi cuerpo sigue soportando fue

mi cabeza hacia atrás. Da pequeñas embestidas después de rápidos movimientos que terminan

bien -balbuceo

de contener, esa mirada en rojo puro es sorprendente. Por lo que no entiendo como al

ndole un minuto más para poderme recuperar, aprieto mis piernas t

o alejo de mi cuando lo

e queda estatico sin saber que hacer, mi cerebro es rapido por

. De aquí no saldra nada -acomodo con timidez mi ropa-. Solamente nosotros d

gunos dicen. Yo no soy la amante d

hablo con seriedad, él asiente-. No me gustaría ser la que queda en

nde, es como cuando era niño. Un niño con palabras dulces dentro de mis recue

cia otro lugar sin darse cuenta que esas palabras me las digo

bajar de la encimera. Agarra mi rostro nuevamente haciendo

s de un niño "Si no encuentro a mi luna, quiero que tú seas mi luna, ¿lo prometes?", en

de unos segund

l, es mejor que cada quien este por su lado. La

o alrededor. Era como si él estuviera enojado, pero era imposible que espresara su enojo. Llegando al lugar en

conozco nada fuera de Abdel. Da miedo perderlo. Por lo que estando en la lapida de mis padres con un cli

y cuando estoy a punto de caer al cesped Abdel me sostiene, me giro s

tantas lagunas me hace inutil sin poder tener una gran

ras lloro-. Mientras no nos alejemos, todo estara bien

ando mi mir

emos irnos

e te parec

y deja reposar su brazo ahí. Asiente sin ningún problema, pero sé que no le gusta e

tá b

lo de hace rato solo me está haciendo daño. Mi olfato no es bueno y dudo que esté imp

bde

n una línea fina, niega y me mira. - No te quise dec

encerme del todo

♥

su abrigo, niega cuando se lo

elo solo eso ayudará a que nadie te quiera hacer nada. - Asiento nerviosa. - Recu

mira seriamente. - Lo siento, so

ascada en mi garganta su "Está bien" siempre es cuando a

bde

tenderás. - Fr

lo que dijo. Sabe que es imposible que se me escape algo por mi audic

vuelto en mis manos, me detiene

as así. - Al

ortantes y me ocultas cosas. No te conozco. - Su cara está seria, demasiado,

- No me gusta discutir, se me hace un fuerte nudo en la gargant

nos y me doy cuenta de que esas pastil

ra que nadie me lastime, los lobos son

unta nuestros labios, algo que me desestabiliza, y niego. Me al

acaloran y solo

á mejor que entres, yo tengo que irme

abren entro recargándome en una de las paredes del elevador. Pongo mi mano en mi pecho sintiendo lo fuert

ner distan