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Prisionera por compromiso

Capítulo 10 Sueño de la infancia

Palabras:1148    |    Actualizado en: 15/04/2024

punto ya se había acostumbrado a esa vida disciplinada. Incluso había visto cambios físicos gracias a la alimentación balanceada y al ejercicio. Estaba agradecida por eso con su secuestrador,

camisa polo que combinaban a la perfección. Se veía realmente hermosa, ese atuendo se entallaba a

el Gran Jefe viene a vi

a sonrió, por alguna razón le emocionaba que viera su progreso,

ita Aria. Estoy segura de que el jefe

l, decidió ignorar

stro desde Suiza —Su rostro se iluminó— es el me

me inscribiera en la academia de uno de sus amigos pero se negó, le parecía muy

para aprender, hasta ahora no habían castigos y comenzaba a creer

en una situación así, pero lo es. —Continuó

de brío que se contagiaba. Estaba feliz por su j

muy buena persona y que no merecía ser tratada así, en el fondo sabía que su jefe iba a suplir todo el cariño que le hizo falta e iba a recompensar los malos tratos que recibió, incluso por parte de su familia. Liang le comentó que una amiga siempre se alegraría por sus logros y no haría comentarios con doble significado. Aria lo pensó

ng con entusiasmo, dándole paso al hombre de median

uso que ese era su apellido— Señorita Zokolov —Se giró hacia donde estaba

entimientos de Anika hacia su maestro de equitación. Liang se dedicaba a ver la escena con recelo. No

ó, por fin podría montar a c

tenía enfrente extendiéndole la mano

e dicho. Aunque ésta vez se pasó de la raya, está usted he

mplemente sonrió con contrarieda

ticado alguna vez el herm

cabeza, de alguna manera la

ro que he montado

traspasarle todos mis conocimientos. Siéntase afortunada, no a cualq

n poco presuntuoso pe

caballo. Yo le recomendaría al podero

blo donde habían al

yo no. Lo montaré cuando gane experiencia. —Aria le dedicó una s

porque le sería más cómodo, es muy educado

iando a todos los caballos, eran muy hermosos,

que parecía tímido, tal vez era la r

ze? —Inquirió Hans

le acariciaba el blanco pelaje con te

omentarle que va a ser mucho más difícil p

fuera ella. —Sonrió mientras seguía acariciando

entrenar y eso vamos a hacer. —A la joven le pareció un

da cómplice a Anika, que sonrió de inme

ras básicas y todo lo fundamental de la equitación a la joven Aria, quie

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