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A través del fuego

Capítulo 6 Segundo intento

Palabras:3149    |    Actualizado en: 29/01/2024

, acatando todas sus órdenes, fingiendo que estoy a gusto con esta nueva vida, hasta le hago pensar que m

madre taladran mi cabeza, debe estar decepcionada, me he con

con su espada venenosa, la persona que solía ser e

e que estoy aquí, esa ventana inútil para algunos, para mi es mi única compañer

que conocía. Quisiera recobrar todo el esplendor que hubo en mi un día, resucitar a esa niña llena de luz y esp

u corazón, nunca volverá a ser la misma", tenias ra

veo parado en el m

, camina hasta llegar a mi, se queda parad

a desliza por mi brazo hasta llegar a mi mano, su roce me hace sentir algo incomoda, agarra con cui

nado.–digo mir

frente.–sugiere, volteó pa

la barba perfectamente afeitada, sujeta mi

doctor retire tus vendas, quiero que me acompañes a un lugar.– s

varás?– preguntó

damente mi rostro, no entiendo porque cada vez que me mi

do agarra mi brazo y hace que voltee de nuevo hacia el, me pega a su cuerpo. P

?– preguntó a

responde, soltando el

n, aún sabiendo que los resultados auguran ser catastróficos, aún teniendo en

acerlo, nunca antes he seducido a un

o por un short oscuro de tiro alto, un top color rosa y lo acomp

.. Bajo las escaleras, debo a

estar, hace una mueca de satisfacción, m

en su fisonomía que lentamente se acerca a mi, us

onil, quedando a pocos

, ¿Qué?

ta para sal

estaría?–preg

liento choca contra mi piel. El perfume masculino, mezclado con loción de ducha

a mirar mi rostro o eso

sa, todo esto es parte de mi actuación. Lo d

que mientes fat

–digo miran

¿vienes?– pregunta tendiéndome una mano, sus orbes se ens

ademán con los dedos, para indicarme que tomé s

casa, solo estamos él y yo, por supuesto Bl

dónde vamos? Me pregunto repetidamente. El silencio reina y el reloj con su resonante tic tac comi

e y oprime todo mi cuerpo, lo veo de r

ar?–pregunto romp

co.–contesta sin desvia

cómo acercarme más a Black

ios gastronómicos, más adelante un lago enorme al lado un restaurante campestr

repente, levanta su men

el volante y virando a la izquierda,

dispongo hacer lo mismo, pero me detengo cuando se inclina hacia mi,

as.. –

urante, puedo ver qué hay muchas personas, y debo admiti

pienses.– habla

me detengo qued

arcástica,– se perfectamente lo qu

Qué hay?– preg

nte, para intentar pedir ayuda y así conseguir escapar.– debo admitir qu

squido de tus dedos me encontrarías, entonces ¿qué sentido

por si se te ocurre, no está de más a

as,– ¿podemos ir a comer?, tengo mucha hambre.– queda sin palabras,

de lugar, se ac

es, ¿en qué

ra dos, con vista a

hasta La mesa, dejan el menú sobre la mesa–

a de el mejor ch

uida la

án?– pr

egunta apoyando el

ue solo se la toma c

a celebrar tu perfecta actuación.– es

é hablas.– digo tratando

o, hace unos días me gritabas hasta con la mirada el odio que s

tiendo!, enserio, trato de hacerlo; pero no lo logro... – tomó un respiro,– solo estoy tratando de llevar las cosas en paz, no quiero que me vuelvas hacer daño. Me he convencido de

r que esa corriente soy yo.– guarda silencio por unos segundos y continúa.– dime Arleth ¿hasta dónde dejarías que la co

de lo que pueda pasar, estoy jugando con fuego. Guardo silencio, no sé qué res

da asco, que lo odio y no lo soporto, pero recuerdo que debo fingir, fingir que

voy a decir lo crea o no, ya que por lo vi

ido– contesto esforzándome por ser muy creíble, pero no puedo mentir siempre he sido pésima coqueteando y mucho más ahora que es actuación. No dice nada,

orpresa, dejándome un gigan

eguntó disimuland

Arleth.. tus ojos nunca mienten,– suelta con palabras lentas,– y ni hablar del nerviosismo con el que aprietas tus manos.–quedo fría ante sus palabras.– pero no t

tás equ

y vivido muchas cosas, una niña como tú no logra engañarme

tienes razón,

e me dije, Arleth tienes que buscar el lado bueno de las cosas, evidentemente no hay nada bueno, así que la única

un romance o algo así?,– dice seductor,–porque sería lo único,

ste con el coqueteo haciendo esa pr

l era tu respuesta y ¿qué crees?, fue pésima,

cho que mi respuesta no fuera una actuación, te hubie

actuar, ya vez... te hecho c

ejor admite que me dese

ú eres una pobre chica de basurero que no me interesa en absoluto, solo me gusta la i

siseó en

ste?–pregu

ta que logro llamar la atención de algunas personas. Un incómodo silencio pe

o, dejando la cubeta con hielo y dos copas so

remos comer nada,– saca un pequeño monto de billetes y los deja sobre la mesa.–gracias

a, sé que está muy molesto y eso me da

a esta vez con voz más f

la que estaba sentada, me arrastra sin ningún cuid

abriendo la puerta del

éndole frente, me regala una de esas miradas q

ogrando que me sobresalte, con fuerz

motor y comienza a conducir, no dice par

s, sumado con su pasado. Dios!, tengo miedo de volver a su casa, tengo miedo de lo que me pueda hacer, ve

o fuera, el golpe contra el asfalto es muy fuerte, tanto que se me dificulta ponerme en pie; pero saco fuerza a ver qué Black a detenido el c

de la angustia, me echo a

itar.– ¡vamos hablar!– exclam

solo pienso en correr, correr hasta lograr esconderme de su furia, aunque sé

en un lugar boscoso, hago varias plegarias a Dios, pid

mo.– grita en el mismo ton

olor que se concentra mayormente en el tobillo de mi pie

o que ese hombre me pod

.– sus palabras sale

esconderme bajo unos arbustos frondosos, mi respira

que salgas ahora mismo.

puedo ver su cuerpo acercarse, relamo mis labio

blar, un temblor que se

te lo advertí.–

estoy aterrorizada, la desazón carcome mis entrañas, víctima del miedo no veo una raíz q

ré!– declama sonriendo

dolor es fuerte y desesperante, doy una ojeada rápida a mis p

rápidamente intenta agarrar mis piernas, pr

ío, protéjame de las garras del ene

fuera en un santiamén, puedo ver en su rostro satisf

– dice cargándome sobre su hombro como si fuera un costal de papas.– estoy mu

hogada en llanto, pataleando, lucho con movi

a en el asiento del copiloto a la vez que quita el cinturón de su pantalón,– te pedí que regresaras,– amarra mis manos con su cinturón, dejándolas in

ue me pidas; pero no me lastimes.

pone el cinturón de seguridad

a!, por favor

iedo, amordazada. Mamá!, ven d

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