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De Amores y Desamores

Capítulo 3 3

Palabras:2290    |    Actualizado en: 09/01/2024

amantes. Teníamos sexo en su oficina, en su baño, en mi oficina, en mi baño. Una mañana muy temprano fui a la sala donde estaba la f

nos contábamos nuestras vidas, sueños, planes, inquietudes, vacilaciones, todo. Desnudamos nuestras almas y fuimos nosotros sin filt

iban donde su padre, yo me instalab

de viaje de trabajo a Dubái, e

mucho, también aprovechamos

as calles, nos abrazábamos y besábamos delante de la gente

estas con su familia. Yo sabía que nuestra historia tenía fecha de caducidad, y que más pronto que tarde me convertiría e

evo y todo ese ambiente festivo, yo sufría pensando en él, pensando que él hacía lo mismo con su familia, que era feliz y no era yo con quien compartía esos momentos. Mis celos no me dejaban en paz, soñaba con ser yo la última persona que viera antes de d

l aeropuerto y nos fuimos a su departamento. Hicimos el amor

s conversar. Intuí que el final de nuestr

único que le gustaría era estar conmigo y vivir ese amor y pasión que lo ha

inar su relación con ella de la mejor manera posible y vivir este amor que tanto lo ilusionaba, pero cuando llegó a su casa, ella lo estaba esperando para

o el tiempo que ella le había dedicado a él, a sus hijos, y a la familia, él se queda

do muy tarde. Me dijo que yo era lo que él siempr

mposible, pero también a pesar de las circunstancias, agradecía el poder h

de los recuerdos y momentos vividos conmigo. Me infor

oceder, sino que ese mismo. Que esa era una de las tantas razones por haberme enamorado de él, por

én viviría de recuerdos y que era lo mejo

aldecí los tiempos de la vida, nos conocimos tarde. ¿Para qué haberme enamorado de él y él haberse enamorado de mi si lo nuestro nu

olvidarlo y más que nada me iba a costar mucho poder darle la oportunidad a otra persona, pues

del poco tiempo que tuvimos, fue suficiente para hacerlo mi gran amor y ahora me iba a faltar má

a metido en ese tremendo lio, me merecía que me amasen sin pretextos y sin prohib

muy poco de él, solamente cosas del ámbito labor

inmenso que nunca logré llenar. Muchas noches la tristeza me embriagaba y

s amigas, que insistieron mucho. Ellas Margarita y Carola mis mejores amigas, estaban e

llas. Era muy guapo; pero no tanto como Alvaro, moreno con los ojos color café, su cabello o

bamos al cine, a comer a restaurantes y poco a poco se fue metiendo en mi vida y

las, no necesito estar en pareja para estar feliz o

pensara en Alvaro. Había días en que eso m

tas juntos. Mi familia y mis amigas lo querían mucho, mis hijos lo acep

berales o que disfrutaban del sexo. Un día me disfracé para hacer el sexo más entret

vida sexual más entretenida, me rechazaba y d

lvaro cuando hacía el amor con él. Pablo no me dejaba jugar y eso me

abía un evento muy importante y quería que todo estuviera perfecto. Iba c

ro cruzó la calle para cruzarse en mi camino. Frené bruscamente para evitar atropellarlo e instintivamente cerré los ojos y mientras lo hacía, vi q

do abrí los ojos, el perro ya no estaba, pues había corrido al encuentro de su dueña que había llegado cerca

ía a nadie más. Todos los besos, las caricias y los momentos vividos pasaron frente a mí y co

a preguntarle si estaba bien, no fui capaz de mi

dio vuelta y siguió trotando, yo apreté el acelerador y seguí mi camino a la ofic

al todo era en el ámbito profesional. No sabía qué hacía en Chile, pero la

la reunión mientras mis compañeros iban llegando, hasta que no aguanté más y c

áncer y estaba mejor, pero quería volver a Chile para estar cerca de su familia. El seguiría traba

o que en cualquier momento lo vería aparecer en l

imos al sur de Chile, específicamente a Pucón y ahí estuvimos dos se

idea. Pablo se había empeñado en ganárselos y se preocupaba mucho de ellos. Además, era muy generoso y siempre les compraba juguetes, ropa y sal

que yo hiciera lo mismo, de lo contrario se enojaba. Era muy cooperador con los quehaceres de la casa y comencé

s médicos y muchas veces y cad

hecho de ya haber estado casada una vez o simplemente porque sentía que no era él el indicado. Me pedía también que tuv

que me rogaba para que dejara de t

ones de pareja, pero se podría ser que me sentía feliz y tranquila. Pablo seguía insistiendo

ucho. Tenía la oportunidad de conocer lugares nuevos, gente nueva y siempre me daba

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