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Contra Las Reglas

Capítulo 2 Destino.

Palabras:1135    |    Actualizado en: 08/01/2024

ir

días en los que me mantuve con miedo a ser encontrada antes de llegar a mi destino,

con Abel

losa de matar, mi cabeza ha recreado tantas imágenes de lo que podría pasarm

pue

o al frente de los clanes no soy más que la hija de Oshiro y Adelaide Uchima. Los clanes asegur

una mujer pueda liderar sin un hombre, y papá no tuvo

cada lugar. Tengo que estar atenta, mantener mis sentidos más que alerta por cualquier altercado que pueda pasa

legirlo a él. El pensamiento de que él tiene que ver con la muerte de mis padres no me abandona. Ambos

¿Por qué se sacrificó? ¿Sabía lo q

Cuando llego al punto exacto, soy i

ucha en la cabeza. Abel me mira desde su asiento, tratando de asimilar que hago aquí. Y lo entiendo

a mí. No puedo evitar que mi respiración se descomponga

Trago saliva, evi

padres aceptarían, antes de que fueran asesinados. La org

ormes ojos azules

única salvación- No creas que no sé porque estás aquí. Tus padres están muert

o con la intensidad de

casarte con la hija del señor Uchima, sería tonto negarse

demente, un salvaje que no respeta a nadie. Era lo que mi padre decí

r entre dos diablos

o para mi organización.- Sé lo que valgo. Quien se case con la hija del Oshiro Uchima, hereda

cisiones, me entreno para ser la líder, pero ahora ya no está. La

ro bajo mi atenta mirada, expulsa el humo lue

mejor que estar muerta o bajo las manos de Masashi- Serás m

los débiles, tuve que aprenderlo a las malas. Y aunque sé que está no e

ya él me quiere como su esposa. Quiere el poder que eso le daría. Camino a paso lento. Hay p

e. Y solo me ven como un premio para su organización. Al llegar, lo m

él, soy yo quie

, pero eso no elimina que sea un monstruo. Un monstruo al que tengo que usar para m

s palabras del padre. No le presto atención. Vuelvo en mí cuando

cia mi nombre- ¿Aceptas un Abel

adres viene a colación, pero no es lo que me insta a decir que sí, es el rostro de mi cazador lo que me

e momento siento los labios de Abel sobre los míos. Unos labios calientes, poderosos y con hambre de mí. Unos la

o pero como todo: Es una obligación. En un mundo gobe

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