Conquistando el mundo
o
nico a volar. ¿A quién quiero engañar? Es la primera vez que uso este medio de transporte. Nada, lo mÃ
ida. Otros solo me falta llorar al ver la locura que estoy a punto de cometer. Yo que
o. Tardo una eternidad en recoger las maletas. Salgo disparada a la espera de ver la sonriente cara
, me coge la cara entre las m
tenÃa de v
colegio todo el mundo me decÃa Pipi Calzaslargas, po
he echado de
pobre siempre estaba con un p
de Santander debido a que a su padre lo trasladaron de ciudad. Con los años sus progenitores regresaron a casa, pero él se quedó. Todo este ti
aletas y con la otra me rodea lo
po que me concede-. No te preocupes, no voy a ningún lado. Es que
ba que me habÃas hecho hacer tantos kilómetros para dejarme sola.
. Solo que dentro de dos meses ten
a el entrec
caminamos a su vehÃculo para
observo durante el trayecto y el tránsito de las calles. Hugo me explica cada cosa que vemos, nues
color distinto, un detalle que alegra la calzada. Frente a nuestro portal hay u
hace de guÃa por la vivienda. Disponemos de cocina y salón de uso común. La planta de arriba es una buhardilla con baño privado, tardo poco en d
ies el dormitorio? -comento haciéndome la ton
s años que llevo sin verlo, es
tentado durante mucho ti
ga de siempre y él solo
uela,
compartir aseo con un
dicho nada de Ca
za me da a entender qu
ce tanto tiempo y no sabÃa nada-. No decÃrtelo es porque sigo
a cama y lo arrastro a él
si os llevab
modidad ante
alent
Hu
, bajé en calzones a ver qué pasaba. Oliver estaba con su fiesta particular en el salón junto a dos chi
s. Asiente con la cabeza-. Pero si él le explicó la situación
ngo que obligarlo a mira
solo que con ella. Según él, ella me absorbÃa
no conozco-. Más vale que no me digas más perlas de él,
explica-. Me ha prometido que cuando venga del
ba hecho el uno para el otro y es una pena
o en el reproductor es rock. A mitad de semana le comento a Hugo si conoce algún orfanato cercano, echo de menos las largas jornadas que pa
dirección de un centro de acog
a no has olvid
con me
ella. Lo intento, pe
no le molesta acercarme, lo rechazo. Si quiero conocer la zona debo pasear por sus c
de dos plantas de fachada blanca. Sin quererlo, los recuerdos me invaden y logran que derrame unas inoportunas lá
voluntarios con el bienestar de los pequeños. Le narro mi etapa en el orfanato de Santander, las excursiones que realizaba con los grupos de niños que tenÃa asignados, los largos dÃas en
és de una fundación, cosa que no poseo y, por lo que comenta, será misión imposible. La única opción que me ofrece es poder estar e
tados y firmados. Hasta el próximo lunes no dispondré de la autor
observar cada cosa que veo, las construcciones son tan diferentes a las que estoy acostumbrada que llaman mi atención, igual que los am
ás alejada para que pueda moverme sola cuando me apetezca. Por las noches quedamos c
z que quedamos con ellos y entiendo el porqué. La chica, aunque no es tan alta como él, tiene una cara angelical que atrae la mir
saber que ocupan la misma mesa pues fue en ella donde conocieron a las chicas. El local se llama La Latin
ra los comensales. Lo que me más me sorprende es que a mitad de la comida un chico se acerca a Amanda y la saca a bailar. Al ver mi cara estupefacta, Jesús me explica que son los chicos quienes invitan
termine de comer antes de ofrecerm
lar de esa forma -me
as mujeres en la pista y sé bailar, pero dudo que
yo, muestra una perfecta sonrisa
ecuerda sin dejar de
se llegan más, termino rogándole que me deje descans
noche regresamos a
Carla y tú en mitad de l
sonrisa en los
las amigas durante un mes, al final me atrevà a sacarla
gro por
s con Fran? Al chic
a intentado lanzarse un par de veces, pe
a serio. Paso de rollos, qu
Carla a cenar, aunque nuestro compañero de piso no haya aclarado aún el malentendido, mi amigo no se rinde a la hora de volver a conquistarla por méritos propios