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Conquistando el mundo

Capítulo 3 El viaje

Palabras:1365    |    Actualizado en: 12/02/2021

iv

o ritual desde los dieciséis años y hasta la fecha ninguno ha fallado. Espero que jamás dejemos atrás esta costumbre. La única condición que ponen mis hermanos, es que cuan

arme un descanso como modelo, el trabajo que me da de comer. Por lo menos que disfrute de mi familia diez días al año. El r

n que allí podré enamorarme de una maldita vez. No saben

n que levante la vista de la pant

s días

olesta que lo haga. Solo consiento a mis hermanos que me ll

hora te

ue a decir verdad, no le presté mucha atención mientras lo comentaba, me pilló despidiéndome de Sigrún. Se muda

ador y, con pesar, comp

allí. Cuando lleguen m

go el ordenador y recojo la maleta a toda prisa. La

co, voy al trabajo

ent

mis hermanos. Antes de despedirme de Hugo procuro

r. En el próximo viaje inten

s de venirse, pero la realidad es que no quiero que me

je a Sofi que iría a recogerla y

Llevas muchos años sin verla

pasen veinte años, siempre la reconoceré. Tengo muchas ganas de verla, ten

co años, los mismos que vive en Tenerife. Nos hizo creer a todos que era una persona con principios, nada que ver con la realidad. Es mentiroso, egoísta, ma

de residen Abel y Diego. Ambos están sentados en las escaleras de acceso a la espera de mi llegada. Los observo un

el más ligón de los tres. Diego es el mediano, un moreno de ojos café de metro ochenta, no está tan musculado como Abel, pero tampoco se queda atrás. Todas las mujeres opinan lo mismo de D

udo que recibo por parte de los dos es una colleja

mirar a Abel-. He apostado que no serías puntual. -Fin

reloj de

asado quince min

l rodeándome el hombro con el brazo-. Estoy harto de perder con el c

bar de enfrente, queremos t

-Diego golpea de forma juguetona mi braz

la cara, sabe que de ese

mpieces con eso, quiero disfrutar con mis

mis cuñadas sentadas a la

l local, me agarra por l

que nosotros. Nunca lo dudes

enos deseo es la

tuación, si ellas supieran que luego se pasan los días añorándolas no se pondrían tan pesadas a su parti

da me despedía de Hugo en casa de ellos y ahora estoy sentado en las escaleras a la espera de que m

ngo un mensaje suyo. «Oli, lo siento, me ha surgido algo con

ente a su novia una mentira. Desde que ocurrió el incidente con Carla está más amistoso que nunca. Pero la llegada de su

rastro de mi compañero. Me dejo caer en la cama, estoy reventado, no he parado estos días. Entre visitas tu

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