Una esposa para el millonario
ME
ado de la herencia de mi abuelo. En otras circunstancias, recibir una llamada de un abogado de sucesiones no sería demasiado sorprendente tras la muerte de un ser querido. Sin
muchas tierras verdes, bosques y un río que corría a lo largo de la ciudad, y tuve que suponer que había al menos una cascada en alguna parte. Pero lo más impresionante eran los campos de ros
ructura. Aquí, en Rose Falls, parecía que el techo se iba a derrumbar. No tenía ni idea de por qué estaba aquí, pero
ltivaba. Yo pasaba la mayor parte de los fines de semana y los veranos trabajando en los graneros y los campos, haciendo lo que podía para ayudar. Le iba bien. Ganaba lo suficiente para pagar los impuestos d
No me dijo que tenía que ir a la universidad y conseguir una carrera de verdad. No me dijo que dejara de ver los partidos o de practicar tanto. Al contrario, me acompañó. Pasábamos horas en el campo viendo hasta dónde podía lanzar el balón, y lo aumentábamos todo el tiempo hasta que podía lan
edad y compró un equipo nuevo que necesitaba desesperadamente. Cuando se hizo demasiado viejo, vendió la granja y yo le compré una casa en un lago con buena pesca para que disfrutara de su jubilación. Perderle hace dos años fue devastador, y la pena seguía ahí incluso ahora. Sabía que
adaptábamos a tener un bebé. Ni siquiera puedo contar todas las veces que me levanté en mitad de la noche y él ya la tenía, o que estaba dormido en el sofá con ella acurrucada contra su pecho. Él
entrada para una recepcionista, que no había estado allí en años a juzgar por la cantidad de polvo acumulado. También había dos despachos uno enfrente del otro. Uno tenía una vieja plag
Macros. Le dije mientras le te
gradezco mucho que haya venido. Espero que
confundido en cuanto a por
Podemos sentarnos y empezar , dijo mien
lla desvencijada. Me sorprendió que no se rompiera bajo mi pes
amento que no podía resolverse de inmediato. Tuvimos que esperar a que otra persona falleciera o se jubilara. Ese ind
todo esto conmigo o con mi abuelo , dije,
iete años, empezó, pero le corté porque e
era dueño de ninguna ti