Cuentos Picantes
un poco de la vida, sin mencionar que entablé amistad con el dueño, que antes era solo un amigo, un oyente y tal, pero noté sus miradas hacia mí, y aún sin darme cuenta comencé a prepararme p
de inmediato me elogió, pero
manera, ¡pero eres más h
í y me son
io vergüenza,
piropos, esas mariposas en el estómago que empecé a tener cuando fui allí, cuando llegué y él no estab
llé y me puse todo maloliente, no sé lo que realmente quería, pero tenía esta necesidad de que él me
a algu
o d
reo que ya terminé de
di
ue ya estabas más dispuesto a
po. , cuando lo vi ya me estaba chupando los senos, en ese momento sin decir palabra se fue y me dejo con los senos afuera, cerro el mercado y volvio, tenia una cara completamente diferente, era sexy, la cara de un mac
d
más, saca
lla y me la metió en la boca, lo amamanté arrodillada y mirándolo a los ojos, y
el empleado de
a, y aproveché el momento, follamos como una hora, y ya era de noche, cerró la tiend
na para que podamos
o d
res que
sus dedos. Me excité de nuevo, mi
, vamos a hacer putas, disfruta
frutando de toda
a vengo! (voz
s sexo, más orga