La bella y la bestia

más consoladora posible, pero fue inutil, Mi vo

mi padre hizo todo este problema y yo soy quien paga los plat

decía porque simplemen

un enemigo, quiero que me veas como tu

ella limpiando las lágrimas que caían por sus mejillas. — Pero

tón, no creo que tenga más ga

oces, segurame

í estaré e

ndo que su piel blanquecina se viera más bla

u riquísimo aroma a rosas, ella entre mis brazos se sentía tan pequeña y frág

lla semidura. — No quiero que me veas como un depravado, pero si no te b

jando un gran vacío, pero era por s

o su vista de inmediato baja a mi entrepier

liente Bella, la señora

s en los que me encuentro vulnerable, para

e Gastón. — Dice ella co

de todo, Bella. — Habl

lmado. Gruñí cuando pase mi mano por el bulto de mis pantalones, rapidamente s

to incontables veces desnuda, pero esta vez es completam

echando poco a poco agua y sobre todo pasa sus manos por sus senos y resto del cuerpo.

pecado que quiero cometer todos los días a toda hora y en todo momento. Sin medir más mis acciones, saco mi polla erecta

con mi mano para empezar a subir y a

eteaba con sus senos, pellizcaba sus pezones y e

e ir a la suya para tomarla, tirarla sobre la cama y comerle su lindo coño rosado como se merece. Tan rápido fue mi movimient

del poder que puede ejercer sobre un hombre con tan solo una mirada, con tan solo el movimiento de sus he

o, los pájaros cantaban y la risa de Be

to de golpe. ¿A t

tana y justamente allí se encontraba ella junto a Chip y l

s, me muevo por toda la c

s días.

osa sonrisa en su rostro para l

ección, trago grueso y rápi

ué h

ecían que es difícil mantener plant

y nada puede florecer o crecer a los

e desconcierto. — Eso explica porque pa

i cabeza. — ¿Ya desayunaste? —

uelve a sonreír. — Te preparé unos riquísim

a la cocina, giré mi cabeza hacia atrás completamente confund

o hicieras, Pott se enca

o ser una carga

ando escuche que me

me lla

le preocupación. — Lo siento si te incomod

rte. — Hablo. — Es que vini

de mi? — Pregunta un

mi mujer Bella

De qué rayos e

mi ayuda, me ofreció tu mano en

a reír de for

— bufa. — Eres igual que Gastón, yo

álido y poco hombre. — me acerco de form

solamente eso, eres un asesin

s pómulos comenzaban