ENTREGADA A LOS PLACERES DEL MILLONARIO
l corazón. Me hice un ovillo e intenté despre
uedarme dormida. La mirada de compasión y las lágrimas que brillaron en sus ojos cuando se quitó l
i señor. Esos brazos no me ofrecían nada de la
por la intensidad de nuestra sesión; sólo quería salir de aquella habitación, lo ant
de el cielo, esperando el momento
.
etuvo brevemente para recoger a los chicos de la planta VIP, junto con Laura,
Aria y Azul, me apreté contra la puert
suspiro colectivo en medio del incómodo silencio que ah
y a darte un baño caliente dijo ponie
en sentido. No, ese contacto, su contacto, no era lo que yo quería. En aquel momento no era lo que necesitaba, no era el contacto que mi
ntí como si una parte de mí hubiera muerto
a a tener nada de esa mierda, se había ido la amiga cariñ
en la puerta de tu baño. Quiero que estés desnuda y en p
exactamente lo que necesitaba y no tener miedo de dármelo. Un ciego podría ver lo frágil
cotidiano. Una nueva ronda de lágrimas empezó a caer, mientras los pensamientos de la voz de mando, pero ca
ida, con un total desconocido? Bueno, no era un completo desconocido; c
ta que no abrí la puerta del coche para salir
todos se hubieran salido del coche, pero de
nvirtiendo rápida
r era sólo temporal, pero eso no aliviaba en nada el dolor
dol
otidiano para mí. Me había acostumbrado a estar cerca de ella, desnuda. Es cierto que no
mos, a menudo una de nosotras se duchaba mientras la otra se lavaba los dientes o se ocupaba de alguna otra necesidad que requería la presencia de la otra en
para mi baño. No estaba al tanto de todo, pero sabía que el señor había sido muy específico en cuanto a los cuidados posteriores.
na mano para ayudarme a levantarme. Tropecé lig
ra apreciar las velas y la suave música que sonaba de fondo; aunque no podía negar que el baño de burbujas calientes era un lugar aco
, al igual que mi cordura. Toda la frustración acumulada, la ansiedad, los ne
una hermosa boda con el hombre que amaba, llena de la felicidad y la alegría con la que sueñan todas las niñas, sino una burla y una farsa. Que Facundo sólo me viera como
mi Amo... mi Dominante... en tant
espetuosa -me advirtió Azul-. ¿Te gustaría hablar
n sus preguntas, más
a tener esta con
ldito contrato! ¡Él sólo te está dando lo
no lo haría... me dijo que nunca... me dijo que podía confiar en él. -Me sentía desolada e insegu
a que ni siquiera rec
cunstancias normales, él nunca te habría dejado así. Eso es lo que le hace un buen, no un gran Dom -me tranquilizó, luego añadió-: Puedo asegurarte que en este momento está experimentando su propia forma de retraimiento. Lo único que quiere es abrazarte y consolarte. Después de algo tan intenso, quiere que los dos bajen juntos. Que los dos busquen la tranquilidad, así tal y como están. Es necesario. Clara, he visto la expresión de d
a mi señor, me sentí segura. Caí en un sueño profundo, per