SOY LA PERVERSIÓN DEL JEFE 2
a lo que mis o
ra que estábamos en pareja. Así lo dejaría de molestar, pero no me parecía. Primero, porque no me interesaba
-dije tajante y fui a buscar
o prosiguió-: Haré lo que necesites. Te juro que
Cómo vas a proponer eso cuand
gustas, y
emás, no creo que un hombre como él, que evidentement
me impidió el paso-. Te haces a u
... -in
juego, no le importaba en absoluto. Sólo quería deshacerse de una joven que, po
ser egoísta que no le importaba los sentimientos de nadie e incl
r con mi vida como cuando la tenía justo antes de conocer
o pudiera sentir tantas
e encontrarl
fácil poder continuar, porque nunca faltaba aquel "clavo, que sacaba ese otro claro" y ahora todo eso era diferente. No importa cuánto lo intent
n su departamento y con determinación y e
la policía -amenace
a espalda. Iba a reclamarle, pero es cuando comie
no acepto un no como respuesta. La
la agencia de revises que suelo utilizar, pero ya no quer
se quedó paralizado y no entendí lo que sucedía hasta que dirigí mi m
as me rasguñaba toda la cara, el cuello y
ritos que me la sacaran, per
es?! ¡Suéltame!
an rasgado mi piel y lo supe por
e encima pude ver con claridad la situ
prendió y quizá volver a atacarme, pero se lo impidió. Aun as
desquiciada me amenace y mucho
tomé las llaves del departamento que
o te vayas
se llama
do hasta donde estábamos y e
para pasar por alto la vergüen
stas agresiones n
o y no iría a dejar el asunto así. Ella se
un taxi vacío. Si bien era mucho riesgo tomarlo, no
ba a su casa. No quería saber más
de ira. Tenía, en la mejilla derecha, la marca de tre
quedé -lloriqueé y ya podía
botiquín de primeros auxilios todo lo
o nuevamente y aquel parche e
triz que me dejaría. Era el dolor de
.
salón, se ubicó en el único a
erle dado riendas sueltas al deseo y sucumbir a la manipulación de un hom
mágenes de ellos dos teniendo sexo. Podía esc
es de él siempre fueron el lastimarme y ella lo sabía. Ana siempre supo que él no era más que un cretino
ería tenerla en cuenta, no podía obviar el hecho de que l
la primera hora, pero como sabía, en al
profesor explicaba algunos temas. -Por favor, necesito que me
o había otra opción. Ella debía perma
ue nos diera mucha tarea. Eso me servía para no poner los pies s
rte perdón. No f
aron que el trazo de la lapice
alabras-. Maldita perra traidora. Sabías que me gustaba. Conocías
jo con la voz quebrada y
a lo que digas sentir porque l
abes. Nunca le importante y yo mucho m
no se trataba de lo que él hi
y eras quien me debía lealtad -le reclamé entre dientes y no pu
Ariana, por favor. Me da mucha vergüenza mirarte a los o
stamos en clase! ¡Pongan atención par
profesor y seguimos en un intercambi
ra -amenace a un paso de perder la cordura. De
lase para llamarles la atención! -advirtió;
aumento y aunque exigía que cerrará la boca, no dejaba de hablar. I
de su traición, y
ba el filme para no olvidar lo que me había hecho, porq
te importó acostarte con Maxi, au
rdad desconocía sus sentimientos hacia él porque nunca hubiera d
recuerdo que, si yo me enteré, fue por Mauro -le recordé enfur
ías cuenta de lo que sienten las personas a tu alrededor!
rra hoy tendrías tu
o las dos estábamos furiosas
o había varios de nuestros compa
as intimidades, hasta que dij
no te importó, porque me echaste de tu lado. La primera a la que no le importó nuestra amistad fue a ti, después de todo tu resen
mientras intentaba controlar los i
cualquiera. Entonces quien es la zorra en tal caso. Yo no fui la qu
que él rector ingresaba al salón a llamarnos la