Mortal seduccion
o de
ri
zando
sible de mover. Estoy con el cuerpo hecho mierda, las piernas me tiemblan y los brazos están igual o peor, mientras tanto el dios duerme como un bebé hasta tiene baba e
ha pasado, sus ojos enfocan mirándome con sorpresa y después rabia-entonces dios griego que te par
dicha; aunque creo que esto me causa otra cosa en vez de gracia; no puedo evitar deleitarme c
encanta
go seguirás asà hasta que y
ndome sobre su regazo, tratando de acomodarme sobre él, solo que algo comienza a crecer y está caliente, dem
do que pueda soltarse, pero también dudo que esas cuerdas resistan más la fuerza del dios-quédate quieto te vas a las
evanta rozándose contra mi entrepierna, los dos nos quedamos mirándonos fij
ó acercándome hacia su cara, sus facciones se endurecen, sus ojos me ob
quiero a ti-susurra mordazmente, observándome con una mirada de
digas
radice indignado, me rio levantándome de sus caderas
en el lugar incorrecto en el momento incorrecto-miento- entonc
do un pequeño elemento de color verde, él lo mira curioso-s
alizan el objeto sin reconocerlo; esta pequeña cosita verde, es el m
vaya me ha puesto en bandeja de plata la oportunidad de probar mi nuevo bebé, uno nunca se encuentr
e limpio y leve, no quiero tener que cargar con un dios herido. A
a que fuera de otro color, que decepción. Sale de la herida bañando el piso de piedra, sus ojo
uelve a preguntar, odio que hagan tantas
o la rabia de alguien quien es capaz d
esconcertado, como me gu
n cuenta con la protección de esa mujer-murmuro-aunque nunca esperab
o, no parecÃas mujer h
s. Pero ya no soy un asesino solo una simple empleada de Elián o familia como a
l dios rompiendo las mordazas, se levanta tir
tratando de agarrarme, retrocedo colocándome en su espalda con un movimientos rápido y preciso, salto sobr
las caderas me da la vuelta reteniéndome debajo de su pesado cuerpo; jadeo buscando el pequeño cuchillo verde. El me observa sesga
levantándome tratando de limpiar su roja sangre-ahora esperar unos minutos-murmuró
emigo, tuvo suerte demasiada; bueno no tanta quien le manda a colocars
ahora er