Las vueltas del destino
on que haber forzado las puertas y muchos hombres entraron a revisar el recinto. Me asomé para ver la situación,
or que malo» pensé a
había explicación que justificase cómo había terminado en centro así, cómo pude haber salido ilesa en esa situación tan extraña.
ado mi cuota
manojo de nervios, un co
de inmediato. La rompieron con fuerza, entre varios y de una patada arriesgada que me hizo encogerme de hombros, así como temer por mi v
, perdona mis pecados» p
to, uno de ellos me tomó de los brazos sin darme tiempo de siquiera hablar, simplemente me inclinó en el suelo, luego me
oca y con proble
ás de incómoda y aguant
r, no podía ser» recité co
? No se ve nada bi
hizo que el líder me viera
niforme que tenía puesto. Se notaba que yo lo había atendido por lo que er
los que querían
situación desastrosa qu
susté más porque no solo el tipo era alto, de piel oliva, sino que era alguien muy intimida
podía hacer, así que
sta y voy a misa t
responde porque no tengo toda
a ser un mar de llanto que bañaría todo el centro, estaba segura de ello y no pude evitar la comparación de q
que su adrenalina estaba al límite
e más que costoso, fue
n en pedacitos para ser repartidos a las pirañas que
ser ciert
juro..
o obstante, escuché cómo se removió la cama, por lo que sentí alg
mejor
o de inutilidad -espetó este con molestia, con pesadez-. Llegaron tarde, tal vez demasiado porque tuve que deshacerme de gente es este estado y no tengo
s, los datos de seguro social... Absolutamente todo. No quiero que omitan
s posible. Es necesario que sean una lección,
sentí que mis pulmones
podía
lo que pod
una organización criminal de la que no se conocían grandes cosas, pero de la que, sin duda alguna en algún momento, en mis situaciones más precarias en las que tuve que pedi
lía a relucir a
siones, sin nada más que una cama en una celda en un centro de detección de mujeres. La
z entras en la madriguera