Estaba retrasada como todos los días, mi jefe me había pedido ir primero a la tintorería y luego por su café, pero cuando estaba justo en la hora, me llamo para que buscar unos documentos del otro lado de la ciudad, me gustaba mucho mi trabajo, pero Patrick era bastante estresante, no tenía esposa, ni hijos, era heredero de la familia Lacro, y el dueño del mundo, por si me lo preguntan, estaba enamorada de él desde el día uno en la empresa, al principio pensé que no le gustaba para nada, me trataba horrible, pero resistí y persistí, hasta que hace dos semanas el me robo un beso, podría jurar q
ue fue la mejor sensación de toda mi vida.
Luego de aquel beso, se mostraba más interesado en mí, incluso me había invitado a cenar esta noche, el problema era como escaparme de casa, mis padres no aprobarían una relación con el, me llevaba veinte años de diferencia, mi madre era fiel creyente de las experiencia, siempre decía que debía buscar alguien en similitud conmigo, puesto que la relación estaba basada en todo lo que se construya juntos, y una persona muchísimo mayor que el otro, ya había quemado etapas, que apenas iba experimentar la tras persona, en este caso yo.
Me costó demasiado entrar a trabajar con los Lacrox puesto que son estrictos y contrataran solo personal capacitado y con buenas referencia, a pesar de tener dinero, no éramos de la alta sociedad, mis padres habían decidido permanecer ocultos, sin dejar ningún rastro, vivíamos en una hermosa casa, pero no era una mansión, comíamos de todo, pero no lo más caro, vestí ropa muy bonita pero cualquiera con buen ojo se daría cuenta que eran imitaciones, buscadas en las rebajas de las tiendas, es por eso que me esforcé por entrar aquí, quería tener lo mío, y empezar a comprarme lo mejor, no viviría como rica, pero me vestiría de manera decente.
Participe con mil personas y nos sometimos a rigurosas pruebas, de las cuales solo cinco fuimos ganadores, y por mi alto desempeño, me dieron el puesto de asistente del CEO, quien era el padre de Patrick, pero a los tres meses de mi llegada el enfermo de gravedad, muriendo días más tarde, la viuda tomo las riendas de la fortuna, pero a la final fue su hijo Patrick, quien tomó la batuta, todo estábamos a al expectativa de lo que pasaría con nosotros, pero por la buena experiencia y estudios del heredero, logro sacar a la empresa adelante y triplicar los ingresos.
Las empresas Lacrox, se dedicaban a la construcción, reconstrucción y manejo del sistema automotriz, vendía autos, camiones, autobuses, y todo lo que implicara ruedas unido al Diésel, todo lo que se construía era negociado con pequeñas y medianas industrias, siendo Lacrox la madre de la industria, si los informes o estadísticas no fallaban, contábamos con cinco mil obreros, y tres mil empleados, en todo el mundo, los sueldos eran bastante buenos, gozabas de todos los beneficios y prestaciones.
Estaba corriendo como loca, para llegas justo a tiempo por los documentos que me habían encargado, así que me encontraba en la empresa Trocell, al entrar en seguida quedo sorprendida por la decoración navideña, amaba todo lo que se relacionara con estas fechas, parecía una niña, estaba tan emocionada, que no me di cuenta de cuando tropecé con un hombre, llenando su hermoso y costos traje de café.
—Oh señor, lo siento, discúlpeme, venia distraída, soy una tonta.
—No te preocupes, no pasa nada, es solo un simple traje—dice el chico aun sin levantar la cara
—Si le hiciera esto a mi jefe, y6a estaría muerta
Es justo mi comentario lo que hace que el me mire, primero abre sus ojos en señal de sorpresa, pero luego intenta disimularlo.
—Por suerte no soy tu jefe, no te preocupes, puedo arreglarlo, un placer Alejandro Trocell
—¿Es usted el señor Trocell? — Digo— sorprendida