Nueva historia, bienvenidos, esta es la historia de Gilliam, personaje de "Provocame", puedes leerlo de manera independiente, aunque si quieres comprender los personajes, puedes darle lectura al primer libro, es muy corto y de rapida lectura.
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El día de reunirse había llegado; "DÍA DE CHICAS"
Amaban los días en los que podían reunirse y conversar alegremente. Los días habían avanzado y la barriga de Rita, comenzaba a hacerse enorme.
—¡Hoy brindaremos con zumo de naranja!— dijo Connie, volviendo a su habitación, donde había dejado a sus amigas— agradézcanselo a esa pequeña que Rita lleva en el bulto.
—¡No hables así de mi hija!— la reprendió Rita.— bien puedes beberte todo el licor que haya en la casa si es tu gusto.
—¡Jamás haría eso!— le respondió con una sonrisa burlona— ¿Dónde quedaría mi solidaridad?
—¡No empecemos chicas!— intervino Gilliam— hoy quiero relajarme un poco, esta semana ha sido realmente agotadora en la biblioteca.
—No puedo ni imaginarme qué cosas "agotadoras" pudieran ocurrir en una biblioteca— dijo con sorna— ¿hubo un temblor y se vinieron todos los libros abajo y tuviste que devolverlo a su estante?
—¡Te odio!—le dijo Gilliam, mirándola enfadada.
—Connie...—la amenazó Rita.
—¡Se me ocurre algo mejor!— gritó después de haber entregado la copa con zumo a cada una de sus amigas, tomó la suya en sus manos y se dejó caer sobre los cojines en el suelo.
—¡Mejor cállate!— le dijo Gilliam arrojándole una almohada.
—¡Tuviste sexo salvaje con el insípido de John sobre tu escritorio!
—Eres tan vulgar—respondió Gilliam, sonrojada.
—Lo mismo dice mi madre pero no me importa— se encogió de hombros.
—Ya habías tardado en meterte con John— le dice Rita, rodando los ojos— lo desprecias mucho y sin embargo te encanta hablar de él.
—Debo aclarar— dijo ella y tomó un sorbo de su bebida— que no lo detesto, de hecho he admitido alguna vez que es un hombre muy atractivo, solo que aburrido y ratón de biblioteca como Gil. Dime algo, ¿qué harán de divertido juntos?
—Para tu información nos divertimos mucho, rubia.
—¿Leyendo?— preguntó irónica y dejó fluir una sonora carcajada— ¡sí, claro!
—Te juro que si no te amara tanto, ya te hubiese asesinado.
—¡Esa es una tontería, pelirroja!— dijo en medio de carcajadas— ¡Tú no matas ni a una mosca!
—Eso es porque reprimo mi instinto asesino, pero tú te encargas de sacar lo peor de mí.
—Lo hago para asegurarme de que aún tengas sangre en las venas, en ocasiones creo que por allí solo fluye amor y paz— se burló.
—Es suficiente— intervino Rita— creo que mejor nos ocupamos de otro tema.
—Cierto— suspiró Connie, mordiendo una galleta— ¿algo que contar morena?
—Qué soy feliz— dijo con una gran sonrisa.
—Dinos algo que no se note—le respondió la rubia con sorna— cariño, desde que vives y duermes con Hugh Scott, la sonrisa no se borra de tu rostro, pareces quinceañera idiotizada.
—No puedo evitarlo— responde Rita acariciando su abultado vientre— lo amo demasiado.
—¡Ya quiero que nazca la nena!—suspiro Gilliam— quiero tenerla en mis brazos. Se nota que se aman profundamente, eso me da alegría por ti cariño. Te lo mereces.