Una esposa para mi hermano
Yo soy tuya y tú eres mío
El camino a reparar tu corázon
Vuelve conmigo, amor mío
El regreso de la heredera adorada
La segunda oportunidad en el amor
Tener hijo con mi mejor amigo
Enamorarme de ella después del divorcio
El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
¿Quién se atreve a cortejar a mi reina encantadora?
"Ya está listo el resultado de su prueba. ¡Sí está embarazada! ¡Felicidades!", informó la ginecóloga, esbozando una sonrisa leve.
Eunice Moore no podía creer lo que acababa de escuchar. ¿Cómo era eso posible?
Sus ojos se abrieron como platos por la sorpresa. Debía de tratarse de un error porque no tenía novio ni nunca había tenido intimidad con nadie. Entonces, ¿cómo podía estar embarazada?
Estrella Moore, la media hermana de Eunice, se tapó la boca y miró fijamente a la mujer supuestamente embarazada, a la vez que decía: "Pensé que solo se trataba de un malestar estomacal. ¡No me esperaba esto en lo absoluto! ¿Cómo pudiste embarazarte antes de casarte? Esto es inaceptable. ¡Tengo que decírselo a papá y a mamá!".
Tan pronto como la chica terminó de hablar, sacó su celular y llamó a su casa.
Como Eunice todavía estaba aturdida, no sabía qué hacer.
Entonces la doctora se aclaró la garganta y le dirigió una mirada comprensiva a Eunice, a la vez que le explicaba: "Los resultados de sus análisis indican que su condición física es muy inestable. Lamentablemente el riesgo de aborto espontáneo es muy alto, y podría conducir a un caso de infertilidad de por vida. Así pues, lo mejor será que se quede con el bebé".
Incapaz de procesar la información tan alucinante, Eunice se limitó a mirar fijamente a la médica.
Cuando las hermanas regresaron a casa, Eunice fue inmediatamente confrontada por su papá y su madrastra.
"¡Eres una descarada! ¿Cómo pudiste hacernos esto? ¡Estoy completamente decepcionado de ti!", gritó un furioso Leonel al mismo tiempo que señalaba con el dedo el rostro de su hija.
"¡Has arruinado la reputación de nuestra familia!", exclamó Deanna, levantando las manos en el aire por la frustración.
Luego se volvió hacia su esposo y le agregó: "Los Mendez querían fortalecer nuestro vínculo comercial a través de un matrimonio. Tu papá dijo que dejaría que Eunice se casara con un miembro de la familia, pero aquí estamos. Esa...".
Deanna quería maldecir y descargar su ira sobre Eunice, pero se detuvo después de pensarlo dos veces.
Negando con la cabeza, Leonel dijo: "Ella no se lo merece. Mejor dejemos que Estrella se case con alguien de los Mendez".
Al escuchar ese cambio de planes, Deanna sonrió con satisfacción y miró con orgullo a su hija.
El rostro de Estrella se iluminó de inmediato. Apenas conteniendo su emoción, la chica aplaudió y comentó: "¡Fantástico! Siempre me ha gustado Rufus".
Leonel asintió con aprobación. Sin embargo, de repente su expresión se volvió lívida una vez más, y continuó reprendiendo a Eunice.
A diferencia de su media hermana, a esta última no le importaba en lo absoluto un compromiso matrimonial. A pesar de haber recibido comentarios groseros y amenazas graves por parte de su papá y de su madrastra, lo único en lo que ella podía pensar era en su embarazo.
La única posibilidad que se le ocurrió donde pudo haber quedado embarazada fue en la reunión de exalumnos a la que asistió tres meses atrás. Se había embriagado de tal manera después de tomar una copa de vino, que no podía recordar lo que había sucedido después.
Leonel y Deanna continuaron reprendiendo a Eunice, pero ella no respondió ni se defendió. Satisfechos de que la chica por fin parecía haberse dado cuenta de su error, la pareja se dispuso a ver la televisión con Estrella, ignorando a la angustiada Eunice durante las próximas horas.
Mientras cambiaban de canal, una noticia de última hora captó su atención. "Esta es una actualización acerca del sucesor de la poderosa familia Lawson. Después de haber sido perseguido por sus enemigos y de sufrir múltiples puñaladas, aún no ha sido localizado. Lleva más de tres meses desaparecido. La policía y sus familiares han intentado por todos los medios localizarlo, pero aún se desconoce su paradero. Si cuentan con alguna información que pueda ayudar, llamen al número que aparece en su pantalla".
Tres años después, Eunice se bajó del tren en la estación de Orley. Su esbelta figura estaba bien envuelta en una elegante gabardina. Con el pelo hasta los hombros y un maquillaje ligero, lucía muy delicada y hermosa. Llevaba una gran maleta blanca en una mano, y sostenía la mano de un niño pequeño con la otra.
El chiquillo llevaba puesta una gorra de béisbol y una hermosa chaqueta de mezclilla. Entonces miró a su mamá y, con voz dulce le preguntó: "Mami, ¿vamos a ir a buscar a mi madrina?".
"No, aún no. Primero vayamos al hotel y descansemos un poco. Nos reuniremos con ella esta noche", respondió la mujer con una leve sonrisa.
Había algunos asuntos importantes con los que tenía que lidiar primero. Tan pronto como madre e hijo llegaran al hotel y dejaran su equipaje, Eunice tendría que poner manos a la obra. Aparte de eso, había concertado una cita con su amiga, Delia Cortez, para cenar esa noche. Sin duda sería un día muy ocupado para Eunice.
"¡Oh! De acuerdo, mami", respondió el niño con una amplia sonrisa.