Novia del Señor Millonario
Cariño, déjalo y ven conmigo
El regreso de la esposa no deseada
Yo soy tuya y tú eres mío
Tesoro de CEO
Mi encuentro con un misterioso magnate
La segunda oportunidad en el amor
La venganza de la heredera genio oculta bajo la máscara
Mimada por el despiadado jefe clandestino
No me dejes, mi querida mentirosa
Nueve son los pequeños escalones que me conducen a la pequeña sala de estar dentro de mi pequeña consulta de 3 por 5 metros de diámetro.
Todo es tranquilo aquí, en este pequeño pueblo a la salida sur de la gran ciudad, cada mañana Bruno Mars me despierta con 21 k en mi despertador y conduzco 45 minutos desde mi, también pequeño, departamento hasta aquí, mi trabajo.
Este pueblo es pequeño, tranquilo y tal vez mágico dirían por ahí, otros dirían que es aburrido, para nada un buen lugar para vivir o trabajar, en cierto modo agradezco que sea así, toda esta tranquilidad me sienta bien, aunque a veces me da mas tiempo para pensar... pensar en mi vida, hacerme caldos en la cabeza e intentar analizar los caminos que ha tomado mi atolondrada vida, las buenas y malas decisiones a lo largo de ella y claro, pensar en cosas que no debería... o que ya debería empezar a olvidar, dar vuelta la página, como dicen por ahí…
"Esta es una buena oportunidad"
me repito a diario, como si fuera un mantra.
"Esta es una buena oportunidad"
Como si fuera casi una suplica y claro tras no encontrar un trabajo que me diera la estabilidad económica, muchas opciones no tenía, busqué empleo durante, por lo que para mi no era mucho tiempo, pero para el... si... solo encontraba empleos por una o dos semanas, luego nada, necesitaba, no, me urgía un trabajo de verdad y tras la ruptura me pareció buena idea el venir a trabajar definitivamente a este pueblito, debía aprender a mantenerme por mi misma, necesitaba estar sola, pensar en que "no debía pensar" en la soledad que me esperaba al volver a casa.
Muchas cosas no pasan aquí, creo que lo mas extremo fué cuando el hijo de 13 años de la Señora Isolina, que debe tener unos 54 años, lo que me lleva a pensar que se embarazó después de los 40, se esguinzó el tobillo tras caer de un portón
-Me la van a cortar ¿verdad?
Preguntó casi pidiendome "por favor córtela, así podré impresionar en el colegio"
-Si hubieras llegado 5 minutos mas tarde te estaríamos cortando la pierna completa
Guiño un ojo a su madre quien relaja el ceño.
-Genial...
Dijo con los ojos ilusionados, no lo culpo este pueblo es tan tranquilo que esta historia la podría contar hasta el día de su muerte, rodeado por sus 15 hijos y 45 nietos... dejo escapar un suspiro ensombrecida por mi pensamiento.
-¡¡¡Gracias Doctora!!!
Grita su madre al salir, me limito a darle una sonrisa, ya le he explicado a cada persona de este pueblo que no soy doctora, las primeras 100 veces fué una catedra de la diferencia entre doctor y enfermera, esa batalla ya la dí por pérdida por lo que ahora solo me limito a asentir o a sonreír cuando me llaman “Doctora”.
Si fuera doctora ahora tendría un hermoso Hyundai santa Fe blanco y no este city car que me da mas enfados que alegrías y claro quizás aun tendría prometido.
Cierro los ojos fuertemente antes de echar a correr mi auto, mas es una petición al cielo para que corra
-"Enciende, enciende... vamos..."
el sonido del motor me dice que al menos hoy llegaré a casa, a casa...
El viento ya no está soplando tan fuerte y los días comienzan a durar un poco mas, las noches frías de invierno anuncian la retirada definitiva, ahora el sol comienza a esconderse un poquito mas tarde, son las 8 de la tarde y aun hay luz en el ambiente, espero que Septiembre esté mejor, o al menos plano como estos otros meses.voy camino al taco de la autopista central.
Mi departamento es pequeño, solo tiene un dormitorio principal, cocina y living comedor, por supuesto un baño en cuya tina es casi imposible relajarse por lo estrecha que es.
El cobertor calipso no combina con la decoración, ni los cuadros de mándalas que cuelgan chuecos en la pared, lo único que me gusta es mi colección de novelas que descansan junto a mi cama en un pequeño librero, copias de libros que he ido encontrando en las ferias, bibliotecas o que me he traído del consultorio desde que inauguré el rincón literario, una vieja mesa que se ha ido surtiendo de libros donados por los vecinos.
Enciendo el televisor y meto al microondas una lasaña que llevo comiendo hace 3 días, sonrío al pensar en esa charla de "Alimentación saludable" que les machaco una vez cada tantos a los alumnos del colegio básico del pueblito, esta cena es digna de “Funa” para la enfermera del consultorio, para salir en todas las plataformas sociales y sentirme avergonzada.
El sonido del televisor me despierta, el plato está en el piso y en la peli Ben Afleck se ve bastante bueno en ese traje de astronauta... es mejor que cuando está vestido de Batman.
"El Batman de Ben es mejor, es mas maduro, se supone que es después de los comics..." recuerdo algo así que me dijo sobre este Batman, las palabras se me arrancan de la mente, solo puedo recordar que me importaba un carajo lo que decía yo solo miraba a Superman y esa sonrisa perfecta, mientras el trataba de imaginar a Robert Pattinson en el traje del murciélago.
Me cepillo los dientes y amarro mi cabello en una trenza larga
"Debo cortarlo"
Dejo el cepillo en el vaso, el de el aun está ahí... esperando...
"Solo me dejó su gastado cepillo"
recordé que era yo quien lo cambiaba, de lo contrario el podía estar usándolo por 1 año sin notar que las cerdas estaban mas que gastadas o quizás no, sabía que yo lo cambiaría cuando fuera necesario, siempre hacia ese tipo de cosas por el… sabía que yo me preocupaba al menos de esos detalles.
La cama está fría, es demasiado grande para mi sola, tomo un libro de mi estantería con los ojos cerrados y abro una página, este era nuestro juego nocturno tomar un libro y abrirlo al azar el otro lee una frase y tenía que adivinar el titulo del libro, puntos extras si recordábamos el capitulo, si, súper ñoño.
Abro y comienzo a leer
"Jehová es mi pastor nada me faltará.."
-¿Qué demonios...?
Claro de tantos libros el único que no se llevó fue la "Santa Biblia" que si no mal recuerdo no era ni de el tampoco.
"Todo me es pequeño aquí..."
"¿Que...?"
"Ya no puedo seguir absorbiéndome en esto... en ti... no puedo vivir estancado..."
Esa noche volví a soñar con el.
Estaciono mi auto a unos 100 metros de la entrada del consultorio y ya podía observar que la fila daba vueltas por la esquina
-Genial... será un buen día
Cada cierto tiempo una comitiva formada por un médico, un odontólogo, kinesiólogo y nutricionista visitan el pueblo para realizar chequeos a la población, son 2 días "maravilloso" en los que las personas que nunca salen de sus casa mas que cuando tiembla, llegan a las 6 a.m. a guardar su cupo para la atención.
-Buenos días doctora bonita
Maite es una pequeña de 4 años muy dulce que sueña que algún día será doctora de "pollis"
Pollis es su vaca por lo que supongo quiere decir que algún día será veterinaria.
-Hola Maite ¿cómo estas?
-Supongo que bien, aunque usted ¿Cómo estaría si le fueran a poner una aguja en el culo?
Su madre la regaña por la forma de hablar yo solo rio, es una niña muy perspicaz.
-Supongo que nerviosa, igual que tu, pero ¿Desde cuando el saber que te pondrán una guja en el.... ahí …no te pondría nerviosa? Si lo haces te regalaré una gaza para que tengas y la uses si es que "polli" la necesita, de igual forma es mejor a que te agarres una enfermedad y termines toda chueca por la Polio
Me mira sin entender
-Venga que te doy una bendita y una gaza si lo haces.
Sus ojos se alegran y corre nuevamente a los brazos de su madre... recordé esa vez en la que quería una pequeña como Maite para mi, para Cristóbal y yo, quería hijos... pensar su nombre aun me deja un sabor extraño en la boca.
-Llegas tarde señorita
La voz de Vicente me sorprende en la entrada
-Apenas 5 minutos, tu haces esperar una hora a tus pacientes en tu consulta y nadie te pica la paciencia
-Vamos ¿ no lo vas a olvidar nunca? solo fué una vez que te hice esperar
Me abraza, demasiado tiempo para mi gusto y huele mi pelo en el acto, es algo incomodo el gesto pero al menos me hace sentir que alguien me ha extrañado, lo sé es patético.
-Ah... extrañé a esta chica
Vicente es el médico de la comitiva, nos conocimos en la Universidad, el dice que por poco fuimos novios, porque según el, casi lo besé en una fiesta mientras estaba adormecida por los piscos Sour que había bebido el día de la bienvenida al campus y claro no lo fuimos porque Cristóbal, que era su mejor amigo desde entonces, se sentó entre nosotros y me rescató, quien sabe que destino me esperaría si en ves de Cristóbal me hubiese hecho novia de Vicente, quizás aun tendría novio.
El es mayor que yo unos 5 años, pero es guapo, tiene el cabello claro, mandibula cuadrada, piel canela y ojos color verdes, es de esos tipos que siempre llevan una camisa bien planchada bajo el delantal de médico y una sonrisa perfecta.
Irene salta sobre mi con demasiado entusiasmo
-¡Venga Chica que te he extrañao !
(imita el tono de una española)
-¿Ahora eres española?
-Mirá que sos boludoooo, chó soy bilingue, trilingue y
-Ya, ya no queremos saber que mas haces con esa lengua
Nos echamos a reír, ese es Gerald el nutricionista del grupo, solo con eso les digo lo bien tonificado que es, tiene rasgos latinos piel trigueña, cabello corto y oscuro, levantado en las puntas y unos ojos que cualquiera se sonroja al mirarlos, me saluda con un abrazo y como todas aprovechamos de poner nuestras manos en esos bíceps
-¿Crees que no noté que le corres manos a Gerald?
Irene se planta a mi lado con ojos igual de fisgones que los míos
-No... como se te ocurre, pero no está mal
-Dicen que en mirar no hay engaños
Irene es la kinesióloga del grupo, la "saca pollos y arregla huesos" es muy simpática, un poco energética para mi gusto pero agradable
-Te ves guapa cuando estas soltera
suelta Vicente
-Veo que ya todo el mundo se enteró que rompimos con Crist
-Que te botaron, querrás decir
Espeta Fabiola desde un rincón mientras deja una caja con sus cosas en la mesa.
-Hola Fab,a mi también me da gusto verte
-No le hagas caso guapa, sabes que siempre esperó un momento como este...
-¡¡¡Al igual que otro!!!
Le grita Fabiola a Vicente tras su intervención.
Las puertas de la consulta se abren dejando pasar a las personas, miro y es Gerald que desde la puerta me guiña un ojo, agradezco la intromisión con una sonrisa, el bullicio de las personas entrando hacen que la conversación se esfume, quedamos de vernos a la hora de almuerzo mientras todos desaparecen, yo me dirijo al vacunatorio, mi cuchitril de 3 por 5 metros.
El día es horrible, al parecer personas de los pueblos cercanos se enteraron de la visita y comenzaron a ponerse en las filas para que los atendieran por lo que la hora de colación se pospuso hasta las 4 de la tarde, varios cambiaron su domicilio en los registros por lo que se generó un verdadero cuello de botella intentando filtrar tanta gente.
De entre las personas puedo ver a Fabiola quien trabaja minuciosamente en la boca de un abuelito, Don Rosendo creo que es su nombre, tiene prótesis y siempre anda masticando tabaco por lo que supongo es la causa de su doble mascarilla.