Y ahí estaba, como todas las mañanas, tirada en mi cama sin querer levantarme para ir a trabajar.
Soy Kayla Becket, tengo 23 años y vivo en España, trabajo para una empresa llamada "The Golden Star Jewelry" y bueno... como decía, ahí estaba, pensando en la inmortalidad del cangrejo hasta que alguien llamó a la puerta y me devolvió a la realidad.
Ya voy!! -grité mientras bajaba las escaleras.
Seguían tocando como si quisieran tirarla- Ya voy!! Ya voy!
Llegué y abrí, era mi mejor amiga, Renata Collin, la conozco desde el jardín de infantes. Una chica alta, cuerpo de modelo, piel blanca, cabello castaño claro y ojos color avellana.
Renata! Dios! Se supone que también tienes una llave... -me hice la molesta-
-comenzó a reír, se dio cuenta de mi farsa- lo siento cariño... pero ayer cuando me fui a la fiesta olvidé las llaves sobre la mesa, como soy tan buena amiga no quise interrumpir tu grato sueño a las 3 a.m, así que me quedé en un hotel...
Hacía ademanes y caras mientras me explicaba e hizo un puchero al decir lo último. Vivimos juntas desde que nos graduamos de la Universidad.
Ya eres todo una mujer, pero aún sigues siendo la misma olvidadisa... -sonreí mientras le apretaba las mejillas y ella me sacaba la lengua- Aún no desayunas, cierto? -pregunté mientras caminaba a la cocina-
Aún no -rió- me conoces bien... no se para que me preguntas si sabes que no cocino -dijo recargándose en la barra que está en la cocina-
Bueno... creí que habías pasado a algún lugar -dije mientras preparaba los HotCakes y ella ponía los granos de café en la cafetera-
No, mi Kayla... yo no como fuera de casa si no es alguna de mis citas mucho menos si no estás conmigo -se cruzó de brazos e hizo un puchero-
Lo sé, lo sé. Sólo me gusta molestar -la miré y sonríe-
-Se incorporó rápidamente y abrió los ojos como platos- Kayla! Kayla Becket! Recuerdas? Hoy conoceremos al CEO! Dijeron que llegará hoy, así que debemos llegar mucho antes!
Es verdad, lo había olvidado -puse los HotCakes en cada plato, le entregué el suyo y me senté a su lado- escuché que es un hombre mayor, pero otros dicen lo contrario -comencé a comer-
Lo más seguro es que si! Piensa, la empresa tiene poco que se creo, 5 años, y es una empresa muy, muuuy reconocida, es imposible que un jovencito haga eso posible. -me pasó una taza de café- Estoy con los que dicen que es un hombre mayor, tiene más experiencia en el campo laboral, por eso logró tanto en tan poco tiempo -decía todo con emoción y movía su tenedor de un lado a otro-
Bueno... tienes razón -reí y seguí comiendo-
Terminamos de desayunar y fuimos a nuestras habitaciones para alistarnos, como ambas trabajamos en la misma empresa siempre vamos juntas.
○°○°○ minutos después ○°○°○
Renata!!! Ya debemos irnos!! -grité mientras esperaba en la sala-
-bajó corriendo y salió del departamento- Ya estoy lista!! Vamos!!!
Llegamos al estacionamiento y subimos al auto, revisamos que no nos olvidaramos de nada y comencé a manejar.
Cariño! Llegaremos tarde! Me quede en la ducha más tiempo del que era! -se tronaba los dedos y miraba la hora en su reloj de mano cada 2 minutos-
Venga, tranquila... siempre vamos a esta hora y llegamos bien. -reí-
Se le veía muy nerviosa, todos los días era lo mismo. Ya era costumbre verla así jajaja.
Llegamos y Renata se bajó en la entrada del edificio mientras corría al interior de éste y me gritaba "te veo en un momento". Fui al estacionamiento que nos proporciona la empresa, estacione el auto y me fui. Iba caminando con toda la tranquilidad del mundo, pues tenía la idea de que era temprano, la cual era errónea...
No puede ser! ¡¿tanto me tarde en el estacionamiento?!
Comencé a correr, llegaría como con 20 minutos tarde, pero como no? El retoque del maquillaje que quito mucho tiempo.
Iba corriendo como loca y pensando en el regaño que recibiría que no me percaté de qué me estrellaría con alguien. Cuando reaccione mire que todo el papeleo que llevaba estaba regado por el suelo. Gracias a Dios no había nadie caminando por ahí, sólo yo iba tarde. Bueno... y esa otra persona también.
Lo siento mucho... no me di cuenta... -lo mire y avergonzada me agaché-
El chico con el que choqué era apuesto, de unos 25 años, piel clara, cabello azabache y a pesar de ir con traje se podía apreciar su cuerpo trabajado, sus ojos... nunca había visto unos ojos así, azules como el mar pero con destellos verdes, eran hermosos... y esos mismos ojos me veían con ira y como si me quisieran tragar viva.
Y tú quien carajos eres?! -molesto-
Oops... creo que no es solo un empleado... debe ser alguien que viene a ver al gerente? -pense-
Lo lamento mucho... -agachada- soy Kayla Becket, jefa del departamento de diseño... -levanté la mirada con un poco de temor, y ahí estaban otra vez, esa hermosa pero aterradora mirada-
-recogio los papeles rápido y me los entregó-
Bien -dijo eso y se fue-
Caminé lo más rápido que pude hasta que llegue al elevador y subí al departamento de diseño. Entré rápido a mi oficina y cerré la puerta, revisé algunos modelos que ya tenía listos y me dispuse a terminar el resto cuando alguien llamo a la puerta.
Adelante..! -dije-
Cerré la carpeta y esperé a que entrarán. Era Carlos O'connor, el chico que se ha hecho cargo de la empresa poco después de que se creó. Es el gerente administrativo. Piel canela, cabello café obscuro, ojos grises, alto y delgado.
Recién llegaste? -preguntó mientras se sentaba en el sofá-
Si señor, no volverá a suceder...
Tranquila, no vengo a regañarte, hoy no. -comenzo a reír- y nada de señor, tenemos la misma edad. -dijo mientras jugaba con unas llaves-
De acuerdo "señor"... y eres mayor por 3 años -reí-
Bueno... 3 años no son nada. Oh, a lo que venía, más tarde puedes ir a mi oficina? El presidente ya se presentó con todos los de este departamento, menos con alguien porque llegó tarde -me miro burlón-
Vale, en que tiempo puedo ir? -sonreí-
En 30 minutos esta bien, no lo olvides -se levantó y salió-
Me salvé del regaño -reí y continúe con mi trabajo-
Pasaron los 30 minutos, así que me levanté y salí cerrando la puerta con llave. Subí al elevador y después de unos segundos las puertas se abrieron. Salí y me dirigí a la oficina de Carlos, llegué y toque la puerta.
Adelante -gritó-
Entre y vi de espaldas a alguien sentado en el sofá, Carlos estaba en el sofá de enfrente.