Narra Sara
Suena el despertador son la siete de la mañana, me levanto de mi raído colchón, porque duermo en algo parecido a un colchón tirado en el suelo de la habitación de la caldera que se encuentra en el sótano.
Esta es mi habitación, tengo el colchón, el despertador y la ropa vieja o que ya no le vale a mi prima Laura.
Me pongo los jeans, una camisa blanca y las zapatillas. Ojalá se canse de esas blancas tan bonitas que le regalaron el año pasado por su cumpleaños.
Las mías ya están agujeradas.
Aunque mi pie es algo más pequeño .. es mejor eso que pisar descalza.
Subo las escaleras y me dirijo a la cocina, tengo que tener listo el desayuno para cuando estén levantados.
Son las ocho termino de colocar todo sobre la mesa, cuando soy abordada por mi tía. Me coge del pelo tan fuerte que me tira al suelo.
- Eres tonta, no sabes que no puedes estar aquí. Que este no es tu sitio. Vete a limpiar la casa. Dice mientras deja una patada sobre mi espalda.
Otro golpe más o menos que más da. Todos los días son igual, he terminado de limpiar la planta baja, a la planta de arriba tengo prohibido subir. Según mis tíos para que no intente robarles nada.
Escucho como han terminado de desayunar. Me paro en un rincón, agachó mi cabeza. Solo espero que pasen de largo. Mi estómago me juega una mala pasada y comienza a rugir.
Laura mi prima se da vuelta y me suelta una bofetada en la cara. Pero que he hecho ahora? Me pregunto a mi misma.
- ¡¡Eres asquerosa !! Comete las sobras si es que quedan. Ni te se ocurra coger nada de la nevera. Me voy a enterar. Dice lanzándole una sonrisa de superioridad.
Me dirijo a la cocina me duele y me escueze la cara, pero ya no lloro hace años que no lo hago. Cuando lloraba me pegaban mas.
A ver qué me han dejado. Un poquito de jugo, un sorbo de leche hay en una taza. Todos los platos están vacíos menos uno, hay huevos y bacon. Lo cojo para comer y veo que hay una colilla de tabaco apagada en medio. Todo está lleno de ceniza.
Aún así me lo llevo a la boca pero lo tengo que escupir el sabor a ceniza hace que sienta arcadas.
Bueno tendré que esperar a la hora de la comida. Son casi las diez. Tengo media hora para salir al jardín de atrás. Solo puedo sentarme detrás del cobertizo.
Escena retrospectiva
Es un día de verano tengo seis años, llevo un vestido rosa, está algo roto pero me encanta.
Estoy jugando con unas hormigas.
Veo a mi prima salir y dejar una paleta creo que es de helado nunca lo he probado.
No se porque lo hago pero me acerco y cojo el helado. Cuando estoy apunto de probarlo, soy tirada al suelo de un empujón, golpes me caen por todos lados de un momento a otro todo está negro, despierto y estoy sobre mi colchón no me puedo mover me duele todo.
Fin del Flashback
Nunca más volvi a moverme de mi sitio indicado. Estuve más de una semana sin poder moverme de la cama. Desde aquel día arrastró una pequeña cojera.
Un papel llega volando y cae sobre mis pies, lo recojo y lo miro.
Intento leerlo pero ya casi no recuerdo las letras.
-sshh, shhh, e. Esta ya no la recuerdo. Digo mientras guardo el papel en mi bolsillo.