Nueva York
¿Amarlo?, no, ¡qué va...!
Ese hombre que lleva mi sangre solo me ha traído momentos de infelicidad…
Hace poco más de una semana que llegue de Londres, y Angus ya me empezó a controlar, debía regresar para poner en práctica lo que estudie, y solo por el amor que le tengo al recuerdo de mi madre y sus empresas, es que me atrevo a poner un pie en estos que son sus dominios.
—¡Buenos días! ¿Señorita Macpherson? —saluda, a la vez que se asegura que soy a la que enviaron a recoger, ese hombre no deja nada al azar, es su forma de confirmar que asistiré a esta reunión.
Asiento y le agradezco por abrirme la puerta, el pobre chofer no tiene la culpa, él solo sigue órdenes.
Hace años que no visitaba las oficinas principales del imperio Macpherson, al entrar al edificio veo con agrado que todo ha sido remodelado, lo que me agrada, pero no del todo, espero que no haya tenido que ver ese engreído.
Luego de registrarme como cualquier otro visitante, me llevan hasta el piso donde reina Angus, busco a Bea, pero no la encuentro, era su fiel secretaria. Solo veo mujeres jóvenes que habrán remplazado a aquella dulce dama que me obsequiaba chocolates.
Una de ellas me intercepta en mi camino a la oficina, al decirle que me esperan y verificar mi gafete soy escoltada hasta la oficina principal, solo se atreve a abrir la puerta hasta que una voz gruesa nos deja pasar.
—¡Adelante!, — me observa, se ve contento. —No te quedes en la puerta, toma asiento, ¿deseas algo de tomar?, ¿desayunaste?
—Estoy bien, podríamos acortar mi estancia aquí, solo ve al grano —le pido en tono serio y con algo de enfado. Tomo asiento en un sillón, solo lo veo con el rabillo del ojo, no me apetece tenerlo de frente.
—Sia, cariño, ¿tanto te desagrada ver a tu padre?
No respondo a su cuestionamiento, él suspira, toma una carpeta y se levanta, se toma la molestia y me la lleva, la abro para hojearla, descubro que es una lista detallada de los activos, cuentas y negocios que estaban a nombre de mi madre, en un siguiente apartado, están enlistados todos los demás bienes que posee mi padre.
—Supongo que, ya que cumplí lo estipulado en el testamento de mamá, podemos comenzar a realizar el traspaso de esas propiedades y…, —me interrumpe.
—Espera, falta alguien.
Tocan a la puerta y ahí aparece el odioso de Lloyd, que entra como si de su oficina se tratara, hago una mueca de desagrado, tuerzo los ojos y vuelvo a mi lectura.
—Disculpa la demora Angus, espero que sea rápido, dentro de media hora tengo una reunión.
No recibo ni un saludo, y lo agradezco de esa forma, no debo ser hipócrita.
—Sia, con respecto a que recibas tu herencia, existen inconvenientes para llevarlo a cabo en este momento. Verás, los bienes de tu madre han sido utilizados para apalancar al imperio Macpherson, por el momento son indivisibles.
—¡¿Cómo te atreviste?! No tenías derecho a disponer de ellas, sabías que mi madre me las dejo —siento un fuego que me carcome por dentro.