Una esposa para mi hermano
Yo soy tuya y tú eres mío
El camino a reparar tu corázon
El regreso de la heredera adorada
Vuelve conmigo, amor mío
La segunda oportunidad en el amor
Enamorarme de ella después del divorcio
Tener hijo con mi mejor amigo
El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
Atraído por mi mujer de mil caras
A las once treinta de la noche, en la habitación setecientos ocho del hotel DC.
"El agua... Christa... tú...", una vez que Angela Xu bebió el líquido, su cuerpo comenzó a sentirse caliente y molesto.
"¡Definitivamente dejarás de ser virgen esta noche!", el delicado maquillaje de Christa Yang no pudo cubrir la burla que se reflejaba en su rostro.
"¿Por qué?", Angela jadeó nerviosa mientras su entorno se nublaba. ¿Cómo había sido capaz su amiga de hacerle esto? ¡Tenían más de diez años de conocerse!
"¿Por qué?", Christa respondió bruscamente, sintiendo las lágrimas brotar de sus ojos. Ella no podía seguir aguantando el odio que estaba a punto de explotar en su pecho: "Confié tanto en ti que te conté un secreto, ¡pero ahora todos saben que no soy virgen! ¿Sabes lo que he perdido? ¿Y todavía te preguntas por qué?". ¿Pero qué rayos acababa de escuchar?
Angela negó con la cabeza desesperadamente tratando de arañarla. ¡Debía haber un error! ¡Tenía que haber un malentendido!
Sin embargo, Christa estaba completamente convencida de lo que estaba haciendo. "Alguien vendrá a ayudarte a aliviar lo que estás sintiendo más tarde, de hecho, no es tan doloroso como crees, ¡incluso podrías disfrutarlo!", sus ojos brillaron con desprecio y continuó, "Seleccioné al hombre más guapo para ti, ¡qué te diviertas!".
"¡Oye!", Angela trató de agarrarla pero falló, al ver esto, Christa se rio mientras azotaba la puerta.
Angela sentía que el calor le recorría el cuerpo como si un volcán estuviera a punto de estallar, se sentía tan caliente que quería arrancarse toda la ropa de una vez, y tan pronto como sus dedos recorrieron su piel, no pudo evitar temblar.
Aunque Christa dijo que el hombre sería guapo, ¡eso no significaba que ella quisiera tener relaciones sexuales con él! ¡Nunca!
La chica logró calmarse aunque sea por unos momentos y abrió lentamente la puerta.
Bajo la tenue luz del pasillo, ella vio una figura de pie frente a una habitación. El hombre vestía traje y parecía como si acabara de salir de la pasarela, ¡se veía increíblemente guapo y Angela no podía apartar los ojos de él! El hombre insertó la tarjeta de su habitación y su simple movimiento hizo que ella deseara hacerlo suyo.
¡De ninguna manera! ¡No podía soportarlo más!
¡Este hombre era más guapo que cualquiera que la joven hubiera visto antes!
Justo cuando él estaba a punto de cerrar la puerta, ella corrió a su lado mientras el sudor brotaba por su piel.
"¿Quieres tener sexo conmigo?", Angela se las arregló para pronunciar estas palabras, a pesar del creciente calor en su cuerpo.
¡Nunca antes había sido tan atrevida!
'¿Es otra de las mujeres que vienen a buscarme?', se preguntó él. ¡Suficiente!
Edward Yan la empujó y encendió la lámpara, mirándola con sus ojos penetrantes.
¡Bajo la luz, Angela reconoció el rostro del hombre! Sin embargo, ella no pudo evitar sentirse disgustada cuando notó su mirada irritada.
Luego tragó saliva con avidez, contemplándolo como si fuera un trozo de carne y preguntó con un tono ansioso: "¿Quieres pasar una noche conmigo o no?".
"¿Crees que quiero?", Edward gruñó ya que odiaba a las mujeres que se le ofrecían pues no tenían suficiente respeto por sí mismas, "¡Sal de aquí!".
Su negativa fue tan despiadada que Angela parpadeó sorprendida de que un hombre pudiera rechazarla en ese estado. No obstante, eso significaría que necesitaba encontrar alguien más para satisfacer su deseo, ¿pero dónde más podría encontrar a otro chico tan guapo como él?
Al ver que ella no tenía intención de irse, Edward la agarró por los brazos y trató de sacarla de la habitación con el ceño fruncido.
'Puede que no sea bonita, ¡pero soy una mujer!', Angela pensó molesta. "¡El hecho de que seas homosexual no significa que puedas ser grosero!", ella no podía pensar en ninguna otra razón para que él la rechazara.
Edward se quedó sin habla, levantando las cejas por la sorpresa, '¿De verdad cree que soy homosexual?'.
Pensando en todos los eventos que habían ocurrido hoy, él la apretó aún más fuerte.